FC BARCELONA

El gran cambio de Messi

Messi ha recuperado la sonrisa y vuelve a rendir como tenía acostumbrado a la afición azulgrana

Messi ha vuelto a ser el que era

Messi ha vuelto a ser el que era / sport

Javier Miguel

No hay una única razón, no hay un único argumento que ha permitido a Leo Messi salir del pozo en el que se encontraba para reencontrarse consigo mismo y volver a demostrar al mundo que ni estaba muerto ni estaba de parranda. El argentino lució al final del 2013 e inicios del 2014 una versión impropia de su trayectoria, nunca vista porque el fútbol había conocido a un jugador inverosímil y de pronto se encontró con uno terrenal, incapaz de dejar boquiabierto al aficionado.

Fueron diferentes las razones por las que Messi perdió la magia: las lesiones que le marcaron al final de 2013 e inicio de 2014, el ensañamiento de Hacienda, un equipo azulgrana que no encontraba su nivel y despedía una brillante etapa triunfal, la losa que suponía el Mundial...

Hubo quienes empezaron a pronosticar que, a sus 26 años, iniciaba su declive de la misma manera que hubo otros que a esa misma edad dimitieron de la elite como por ejemplo Ronaldinho. 

Bajó sus registros goleadores en  2013 y, sobre todo, su ascendencia en los partidos hasta vivirlos muchas veces andando, sin correr, ni capacidad de desborde. Los datos del gráfico adjunto demuestran una decadencia que se vio frenada después del Mundial, un torneo por el que Argentina soñaba y que había puesto todas sus esperanzas sobre las espaldas de Leo. Messi es tan grande que sin estar bien, el Barça estuvo a un paso de ganar la Liga, ser escogido el mejor del Mundial, llevar a un equipo menor al subcampeonato y llegar a final de 2014 como uno de los tres mejores del mundo. 

Con el Mundial selló la paz consigo mismo. Y a partir de ahí podía empezar a recuperar su identidad. Messi se fue de vacaciones, desapareció, no jugó ni un amistoso de su fundación y regresó nuevo.

El Barça se ha encontrado con el gran Messi de siempre, el que enloqueció al mundo con sus goles y con sus jugadas de ensueño, al hombre que lidera a un grupo siendo mejor que sus compañeros porque vuelve a tener la capacidad de desequilibrio y sus medias goleadores ya son las de antaño.

Las lesiones está completamente olvidadas y, gracias al recuperador argentino que se ha traído a Barcelona, está como una moto físicamente hasta el punto de haber recuperado la potencia no solo para marcar sino también para ayudar al equipo en defensa, tal y como quiere Luis Enrique. Messi ha recuperado la fuerza y la chispa, una garantía para el Barcelona porque contar con su mejor versión es determinante para el equipo en sus aspiraciones de lograr el triplete y sobre todo, recuperar la hegemonía mundial.

En el campo se le ve disfrutar como lo hacía antes, participativo e implicado tanto en ataque como en defensa. La buena sintonía que tiene con los otros delanteros es clave. Messi sabe del potencial ofensivo que ha ganado el Barcelona con un Neymar más cerca de él y más partícipe de sus jugadas, fruto de la mejor adaptación del brasileño, y de la excelente sintonía que mantiene con Luis Suárez, una relación que va más allá de los terrenos de juego. El mate, el lenguaje y una cultura similar ha provocado que haya ‘feeling’ entre ambos hasta el punto de verse reflejado sobre el terreno de juego.

Si las cosas en el campo están bien, es así también en el vestuario, donde su importancia ha aumentado más si cabe al formar parte del cuarteto de capitanes.

Como decíamos, no había una única razón por su bajada de rendimiento como tampoco hay una para explicar su mejora. Messi es él y muchas circunstancias más. Y una de ellas también es Cristiano Ronaldo a quien nunca se refiere de forma pública pero la pugna que mantiene con el portugués va más allá de los partidos. Cristiano, Balón de Oro en la pasada edición y quizás en ésta, se le acerca y Leo quiere volver a poner terreno de por medio para que nadie discuta quién es el número 1.