Golazo Mundial; Brasil era esto

Dídac Peyret

Dídac Peyret

"En cuanto a Neymar, entre puntapié y puntapié, driblaba paraguayos desgobernados y la seleçao intercambiaba pases y celebraba un capítulo del reencuentro con los valores más representativos de la identidad brasileña".  En Brasil están de celebración, de Carnaval, con el mejor Neymar que se recuerda.

Así lo destacan medios como O Globo, encantadas con el regreso de la canarinha. Del Brasil tal y como lo conocíamos, de la alegría del fútbol. Y nadie representa mejor esa forma de entender el juego -y la vida- que Neymar.     

Su actuación ante Paraguay (3-0) fue estratosférica, monumental. Porque al brasileño le dio tiempo de provocar un penalti, fallarlo, enviar un balón a la madera y marcar un gol de esos que que dan la vuelta al mundo, el día que Brasil certifcó prácticamente su presencia en el Mundial de Rusia 2018.

 "Tal vez no sea necesaria la camiseta amarilla para reconocer un gol tan genuinamente brasileño", recordaba el rotativo brasileño para definir el tanto de Neymar.

No fue un gol cualquiera, fue un eslalon formidable. Una jugada que arrancó cerca del mediocampo en la que Neymar fue bailando rivales como en sus mejores días en el Santos. 

Primero con un recorte eléctrico en estático muy del estilo de Messi en el gol maradoniano ante el Getafe. Luego con un autopase en largo para irse con velocidad en el segundo obstáculo y finalmente con un última finta antes de rematar el balón con el interior del pie. 

"Tal vez no sea necesaria la camiseta amarilla para reconocer un gol tan genuinamente brasileño"

Al gol solo le faltó un final más redondo, porque el balón golpeó en el pie de un futbolista paraguayo, lo que cambió la trayectoria y engañó al portero.

Lo celebró Neymar con un salto ante una torcida brasileña que celebra el momento de Mohicanoestandarte de una nueva Brasil que vuelve a divertirse.