La entrevista

Gerard Quintana: "Vivimos tiempos muy mafiosos"

Un día decidió que tenía que bajarse de la tramuntana. Y de eso ya hace doce años. En el Harlem Jazz Club, este viernes, Gerard Quintana inicia una gira íntima "A Cau d'Orella"

Gerard Quintana

Gerard Quintana / sport

Agustí Bernaus

¿Qué tiene que explicar en el Harlem Jazz Club con Aresté?

Que estábamos en el mejor de los sistemas posibles. Desde la cima obviábamos lo que ocurre en otros continentes. Hasta hace poco había cosas incuestionables como que los pisos nunca bajarían de precio, que en Barcelona nunca se pasaría hambre, que no echarían a la gente de casa, que no habría un paro desbocado. No había clase obrera ni obreros, sino aspirantes a ricos o ricos a plazos. hasta que no se han podido pagar los plazos. Todo ha vuelto a su lugar y encima hemos estado desorganizados y desunidos.

Recurre a un espacio íntimo para contar cosas importantes.

No es tiempo de liderazgos. Los nuevos tiempos van por aquí. Un ejemplo fue el 15 M. Pasé por Plaça Catalunya alguna vez y al poco recibí una llamada de alguien importante pidiendo si les podía concertar una reunión con los responsables de los indignados. Les respondí que hablaran con la gente. Aquello era muy difícil de desactivar porque no había interlocutores ni líderes. Fíjate en lo que está pasando con Podemos, un movimiento que puede ser peligroso para este bipartidismo o incluso para el propio sistema. Se está intentando desactivar a sus líderes. Si no se les puede comprar, si no se les puede sobornar, entonces se buscan otros mecanismos. Pablo Iglesias ha pasado por una investigación fiscal, a Monedero le han encontrado no sé qué. Los liderazgos son efímeros. Las ideas tienen que hacerse fuertes con la gente y esta tiene que hacerse responsable y estar al pie del cañón a diario. Los grandes espacios tienen su épica, pero lo que se dice en proximidad a veces es igual de efectivo. Haremos canciones con alma, contra el desánimo.

Entiendo que está más cerca de la gente que de los políticos.

Yo soy gente, del 99 por ciento. Aunque nos empeñemos en votar cada cuatro años y que elijamos la formación de un parlamento el mundo se decide en un gobierno económico mundial. Los 'estados nación' pronto serán como los discos o CD's, que ya no sirven de nada.

En ese 99 por ciento de gente hay un gran porcentaje de decepcionados. ¿Usted forma parte de ellos?

Ya no espero nada, nada que no podamos conseguir por nosotros mismos. El otro día mi hijo estaba viendo cómo un par de leonas atacaba a una manada de ñus enormes. Había centenares. Me preguntaba por qué no se ponían de acuerdo puesto que eran muchos y podían molerles a patadas. Somos unos ñus, es verdad. Yo también intento dar patadas, pero te quedas solo.

¿Tan perverso es el sistema?

Sí, cuanto más empujas contra él más fuerte se vuelve.

Pero son los líderes quienes pueden transgredir las barreras y provocar cambios…

Sí, pero siempre habrá quien procurará encontrar el punto vulnerable del líder y, si es necesario, inventarlo, aunque luego se demuestre que no es cierto. Le pasó a Xavier Trias y aunque demostró la falsedad de las acusaciones el pajarito se le cagó encima. Vivimos unos tiempos muy mafiosos.

En otro nivel Messi es un líder. Y también Guardiola...

Mira dónde está Pep por ser un líder. Hubiera podido quedarse aquí, pero se le hizo un infierno. En Alemania está más tranquilo. Y hasta no hace mucho a Messi casi lo echamos especulando. Los líderes tienen que ser como Ghandi, de una fortaleza extrema. Es muy duro ser un líder.

Imaginaba que lo más cerca que estaba del fútbol era por su imagen parecida a la de Carles Puyol…

Bueno, me han hecho la broma de ponerme en un mismo paquete a Puyol, a mí y a Tortell Poltrona. Como si fuéramos tres momentos de una misma vida. Tortell es el mayor y Puyol, el más joven. Como una familia. Y a veces hemos aparecido así en Twitter…

¿Se declara 'cruyffista' cuando la era más plena fue con Guardiola?

Me enganchó cuando yo era un adolescente y me rompió los esquemas. Me impactó aquel 0-5. Es un personaje que deja huella. De hecho Guardiola lo ha reivindicado. Con el Barça hemos vivido momentos que han traspasado las barreras del deporte. Incluso Cesc Gelabert ha hecho un espectáculo coral. Me lo paso bien con el Barça, pero sin llegar a las taquicardias.

Vamos, que es de los de palco...

He ido alguna vez pero es… diferente. Me levanté para celebrar el primer gol del Barça y me tiraron de la manga. No te dejan. O sea que voy a la grada. Soy del 99 por ciento.