Francesc Orella: "Ojalá el 3% de la pasión por el fútbol fuera para la cultura"

Francesc Orella está interpretando ART en el teatro Goya de Barcelona

Francesc Orella está interpretando ART en el teatro Goya de Barcelona / Valentí Enrich

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

¿Cómo llevas la popularidad tras interpretar a Merlí?

La tele tiene estas cosas. Llevas a cabo una producción como Merlí que ‘lo peta’ y la popularidad es brutal. Salir en la tele cada semana te hace popular hagas lo que hagas. Debes aprender a convivir con ella, aceptarla y entender que tu trabajo es público. 

¿Te han llamado como profesor de filosofía para dar charlas?

Como profesor no, pero para hacer charlas y tertulias sobre temas de filosofía o de educación sí. La gente confunde. Soy un actor que interpreta un papel, no soy un especialista en el tema.

¿Hay personajes que estigmatizan al actor?

Sí, sobre todo en la historia de la televisión y del cine. Personajes que han sido extremadamente populares afectan al actor. Soy consciente de que el personaje de Merlí lo arrastraré durante un tiempo, pero afortunadamente la gente de teatro nos conocen por otros trabajos.

Aseguras que el teatro alimenta el espíritu. ¿El fútbol también?

El espíritu que alimenta el fútbol es adrenalítico, de competitividad, no artístico. El fútbol sirve para dejarte llevar y desatar emociones reprimidas; despierta las bajas pasiones. Ya nos gustaría que en este país la cultura tuviera un 3% de la pasión y los espectadores que tiene el fútbol. 

¿Cómo vives tú el fútbol? 

Soy seguidor del Barça aunque por mala suerte muchos partidos no puedo verlos por mi trabajo. También sigo a los rivales inmediatos en la Liga. Eso sí.

¿Hay algo que te haga perder los papeles?

A veces me pongo nervioso por tonterías y es algo que debo controlar. Pueden ser cosas relacionadas con el trabajo o que me indignen, como temas políticos que me sacan de mis casillas. Me pasa de vez en cuando, me desahogo, pego cuatro gritos, me cago en todo y después se me pasa. Soy bastante sanguíneo...

En la serie ‘Crackòvia’ imitaste a Johan Cruyff en el anuncio contra el tabaco. ¿Quién es Cruyff para ti?

Un referente del Barça y del fútbol en general. Fue y será siempre recordado como el gran transformador del fútbol en nuestro país. Inspiró el famoso Dream Team y cambió la manera de entender el fútbol. Fue el introductor de la gran revolución en el fútbol contemporáneo. Como persona siempre me cayó muy bien pese a ser polémico.

En su momento grabaste un anuncio en el Camp Nou vacío. ¿Te impactó?

Yo voy al Camp Nou como espectador pero jamás lo había visto vacío ni desde el césped. Es un campo que impresiona. Lleno sobre todo, pero vacío tiene su rollo por sus dimensiones, por su vibración, aquel césped de terciopelo... Es un sitio especial. 

Hay quien dice que lo que hace el Barça es arte...

Se pueden utilizar muchos eufemismos. Yo no equipararía el fútbol al arte, pero es cierto que lo que hacen determinados jugadores, y evidentemente estoy hablando del gran Leo Messi y algún otro, podría parecerse mucho a arte. El fútbol es un deporte, un negocio, lo que ocurre es que tiene este punto artístico de algunos elegidos.

¿Cómo definirías las actuaciones de Luis Enrique en las ruedas de prensa?

Luis Enrique es todo un personaje, muy peculiar, me cae bien, pero ser entrenador del Barça no es un cargo fácil, están bajo mucha presión. Entiendo que se le caliente la sangre en algún momento y pueda ser borde con algún periodista. Hay momentos que tienes ganas de decir lo que piensas. A mí me pasa. Cuando hablo de los políticos que tenemos me caliento fácilmente. Se puede ser borde a veces, ¿por qué tenemos que ser siempre educados?

Hubo una época en la que estaba mal visto que a la gente del mundo de la cultura le gustara el fútbol. 

Esto ha cambiado. No me niego a que el fútbol sea algo que nos guste a todos; que se puedan compartir cultura y fútbol. Es una pasión más. Es un deporte que es negocio, es espectáculo y lo acepto, pero me encantaría que hubiera tanta pasión por el teatro y el cine porque diría mucho del nivel educativo y de la sensibilidad del país.

Los niños hoy en día no saben quién es Shakespeare y matarían para ver a Messi. ¿Vamos bien?

No vamos demasiado bien. En Inglaterra, donde el fútbol también se vive con pasión, los niños conocen a sus ídolos futbolísticos, pero también a Shakespeare porque en la escuela lo trabajan. El teatro debería estar más en las escuelas para que los niños supieran valorar desde pequeños la literatura dramática por un lado y el arte escénico por el otro. Es un déficit educacional que tenemos, como muchos otros. 

¿Qué te atrajo de la obra ART que estás interpretando?

Es ya un clásico . Ha sido un éxito allí donde se ha hecho. Es una comedia deliciosamente escrita por Yasmina Reza, una autora muy sabia y muy inteligente para escribir teatro. Está muy bien construida, tanto en lo que se dice como en lo que no se dice. Es un placer interpretarla y más al lado de Pere Arquillué y Lluís Villanueva que son grandes actores y buenos amigos.