La entrevista

Félix Palomares: "Llegar al Barça fue como empezar de cero"

Félix, junto a Asensi, en un acto de la Agrupació Barça Jugadors. Hoy colaboran juntos en el proyecto `Futgolf¿. En el pasado los compararon por su juego

Félix, junto a Asensi, en un acto de la Agrupació Barça Jugadors. Hoy colaboran juntos en el proyecto ‘Futgolf’. En el pasado los compararon por su juego / sport

David Salinas

David Salinas

Debutó con el FC Barcelona en  un derbi de Liga en Sarrià (0-2) en diciembre de 1978.

Sí, entré por Neeskens, que se había lesionado. En este partido también debutó el Lobo Carrasco. No desentoné. Han pasado ya más de 37 años...

¿Cómo llegó al FC Barcelona?

Hacía tiempo que me seguían, ya con Weisweiler en el  banquillo. Al técnico alemán le gustaba apostar por la gente joven. Estaba en el Elche y, pese a bajar la temporada 1977-78, me había consolidado en el equipo con 23 años.

¿Un sueño hecho realidad?

¡Claro! Me llamó el presidente, Martínez Valero, y me dijo: “Te quiere el Barcelona. ¿Fichas?” 

Y respondió...

¡Hombre! Tuve una alegría inmensa. Entonces no había  representantes ni asesores ni nada. Fui a Barcelona con mi  hermano Juan Bautista y el presidente Martínez Valero para que me ‘protegieran’.

Allí le esperaba Núñez para  firmar.

Sí, fui su primer fichaje. La firma tuvo lugar en las oficinas de Núñez y Navarro. Fueron días de sorpresas.

¿Le pasó factura ser el primero?

No. Se dio así. Nunca le di muchas vueltas a eso.

El Barça pagó 32 millones de  pesetas por usted. ¿Los valía?

No me lo pregunté. Siempre he sido muy modesto. Para mí lo más importante es que se habían fijado en mí.

¿Guarda alguna anécdota curiosa de aquellos días?

Pasé la revisión médica con dos kilos por debajo de mi peso.

Un caso único.

La temporada había acabado y el padre de Asensi me aconsejó que llegara en condiciones, que me entrenara. Y así lo hice. Se ve que corrí demasiado...

Por cierto, llegó con  etiqueta de ser el ‘nuevo Asensi’.

Sí, pero no era tan famoso como  él ni tenía su cuerpo. Juan Manuel era más corpulento y tenía otro  tipo de juego, pero es verdad, me catalogaron así. Tampoco le di mucha importancia. Intenté  buscar mi sitio en el equipo. Yo podía jugar de centrocampista o delantero en cualquiera de los tres puestos. Era un comodín.

Pero no triunfó...

Era joven y en el Barça el nivel era muy alto. El equipo estaba  hecho y solo se movían dos o  tres posiciones para diez candidatos. Casi no tuve oportunidades de jugar. Acabé perdiendo la ilusión. Fue como empezar de cero, la  situación me superó.

¿Se arrepintió de fichar por el Barça?

No. Era joven, llegué con mi mujer y una hija. Puse todo lo mejor de mí, siempre con la mejor de las intenciones, pero era  complicado. Lo asumí, nada más.

¿Qué fue de Félix?

Me cedieron y elegí el Hércules para estar cerca de mi casa, El Campello. Luego volví al Barça y como no salí en verano acabaron apartándome del equipo junto a otros jugadores como Rubio, Vilà, Llangostera... Nos entrenaba el mítico Juanito Segarra. Siempre se preocupó por nosotros. Se portó muy bien.

Feo eso de apartar profesionales...

Sí. Si no juegas asumes que hay otros mejores, pero que nos apartaran fue muy duro. Ahí el Barça no estuvo a la altura.

Se fue, claro.

Al Elche, en febrero de 1981. Me recuperé anímicamente y casi subimos a Primera. Pero volví al Barça. Me retuvieron un año más, aunque acabaron cediéndome al Sabadell y allí me encontré con exbarcelonistas como Bío,  Amigó, Vilà...

¿Volvió a sentirse jugador?

Sí. Y después fiché por el Elche y jugué tres años, pero luego seguí en el Alcoyano, Poblense, Villajoyosa y Petrel. Y dije basta. Me fui contento del fútbol a los 34 años. Me quedo con todas las experiencias y con las muchísimas amistades que hice.

¿A qué se dedicó?

A la hostelería, también a la pesca porque mi familia trabajaba en el mar. Ahora colaboro con Juan  Manuel Asensi en el proyecto ‘Futgolf’ y en los campus de tecnificación del fútbol que dirige.