La farsa del 'Villarato'

El silencio que se autoimpone el club allana        el camino a los colegiados, a los que nadie       les pide explicaciones por sus errores

El del Espanyol es el último penalty no pitado a favor del Barça

El del Espanyol es el último penalty no pitado a favor del Barça / sport

Ivan San Antonio

Cuando alguien inventa debe asumir las consecuencias de su invención. Y no excusarse, cuando ve que su invención se convierte en una gran mentira, en que las teorías conspiratorias han evolucionado. Cuando alguien inventa y no tiene pruebas para corroborar su invención se convierte en esclavo de sus palabras. 

Y no hay mayor mentira en el fútbol de los últimos años que el `Villarato¿, la razón provinciana que se ha dado desde Madrid para explicar la mejor época de la historia del fútbol. Mientras Europa y el mundo elogiaba los éxitos del Barça, su fútbol y su grandeza, en Madrid se hablaba de conspiración arbitral. Se trata de no querer ver la realidad, de imaginarse una ficticia para que duela un poco menos mirar al Barça de igual a igual. El Real Madrid y su entorno no han aceptado aún que sin el yugo y las flechas “los gachos de ahí arriba” son tanto o más que ellos. Por lo menos lo son más los últimos años. Observar en igualdad de condiciones a quien siempre has considerado inferior duele. Pero hay que aceptarlo si no quieres correr el riesgo de hacer el ridículo, que es lo que ha hecho el madridismo mientras Pep Guardiola y sus hombres iban llenando el saco de trofeos y el mundo aplaudía. 

Turienzo Álvarez y sus compinches no dudaron en señalar unas manos de Leo dentro del área para anular un gol de Cesc. La afición blanquiazul pensó que pitaba fuera de juego, al igual que la blaugrana, que lo vio por televisión porque en Cornellà-El Prat no es bienvenida. Pero no. Fueron manos y el colegiado y sus colegas las vieron. No pasó lo mismo con las de Raúl Rodríguez. Fueron tan o más claras que las de Messi, pero Turienzo Álvarez y su juez de línea, viéndolas, no las pitaron. El error es tan grave que debería costarle un tiempo en la nevera. En el congelador. El problema es que cuando se repite tantas veces cuesta llamarle error y se convierte en tendencia. Pep, Rosell y todos los que forman el club pueden elegir no hablar de ellos, pero ellos sí hablan del Barça. Con el silbato.

Y los números demuestran que no hablar no supone que los árbitros te traten mejor. Más bien lo contrario. Las quejas y los altavoces madridistas se  hicieron insoportables después de que el Barça ganara el triplete. Ese año, aún sin la gran mentira instalada en la Liga, al Barça le señalaron nueve penaltis a favor y tres en contra, cifras normales para un equipo que vive en el área rival. A partir de ahí, todo cambió. La farsa del `Villarato¿ se extendió como la peste e infectó a los que no debía haber infectado nunca, a los árbitros. Solo así se entiende que el Real Madrid, solo la temporada pasada, haya lanzado más desde los once metros (12) que el Barça en las últimas tres campañas (10). Los blancos suman, sin contar el primer año de Pep, 27 penaltis señalados a su favor, mientras que los blaugrana solo 10. 27 a 10. Esa es la única gran verdad. El resto es querer ganar en los despachos, manipulando ¿con éxito¿ a los colegiados, desprestigiando al rival y, de paso, engañar al lector. 

En dieciocho jornadas de Liga al Barça solo le han señalado dos penaltis. Son cifras que concuerdan con las que se han vivido durante el auge de la gran farsa del `Villarato¿. Que al equipo más ofensivo, si de sistemas hablamos, solo le hayan señalado dos penaltis a favor es que algo falla. Y no es precisamente el Barça. No solo se equivocó de forma grave Turienzo Álvarez, sino que también lo ha hecho Mateu Lahoz en San Sebastián, Velasco Carballo en Valencia, Clos Gómez en Gijón o Teixeira Vitienes en Getafe. Todos menos este último dejaron de señalar un claro penalty sobre Leo Messi. El cántabro, directamente, le anuló un gol legal. En total, los árbitros le han quitado al Barça la posibilidad de sumar siete puntos. Los penaltis hay que transformarlos, pero si no se señalan es imposible hacerlo. Así que, de haberlos marcados todos y haber subido el gol legal de Leo en Getafe, los blaugrana estarían, seguramente, por encima del Madrid. Incluso estando mal fuera de casa y siendo un equipo diferente al que gana por KO en el Camp Nou.

Porque el Barça wes el único equipo de la historia al que no se le permite ganar sin jugar bien, sin merecerlo. Cualquier equipo puede sumar tres puntos sin haber hecho un gran partido. El Barça no, solo puede ganar si ofrece una exhibición. Si los árbitros fallan duermen tranquilos porque saben que nadie les reclamará por ello. Ni el Barça.