Confidencial SPORT: Así se tomó la decisión de jugar a puerta cerrada

Josep María Bartomeu, presidente del FC Barcelona

Josep María Bartomeu, presidente del FC Barcelona / Valentí Enrich

Albert Masnou

Albert Masnou

¿Cómo llegó la directiva del FC Barcelona a la conclusión de disputar el Barça – Las Palmas a puerta cerrada? La decisión, que se hizo pública de manera oficial cuando faltaba menos de media hora para su inicio, llegó después de que en el vestuario local del Camp Nou se llegara a un consenso con la plantilla y el staff técnico. Un consenso que llevó a Josep Maria Bartomeu y su junta a variar su postura inicial.

Bien pronto

En una jornada tan complicada como la del 1 de octubre, el relato de los hechos arranca muchas horas antes de esas 16,15 horas cuando Martínez Munuera pitó el arranque del partido. A primera hora de la mañana, el presidente Josep Maria Bartomeu y sus vicepresidentes se reunieron en las oficinas del club acompañados por varios de los ejecutivos de mayor peso específico para analizar los sucesos que se estaban produciendo en colegios electorales de toda Catalunya.

Suspenden el almuerzo

Ante la gravedad de los acontecimientos, Bartomeu y sus directivos presentes decidieron suspender el almuerzo de directivas y pedir la suspensión del partido. Los dirigentes blaugrana iniciaron estas gestiones mientras las instituciones catalanas también presionaban para que no se jugara el partido. El Barça decidió pedir un informe a la Junta de Seguridad pero la única información que les remitieron los Mossos d’Esquadra es que, desde el aspecto de la seguridad pública, había plenas garantías para jugar. 

La Liga dice No

El FC Barcelona también realizó la solicitud de suspensión a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) pero Javier Tebas no solo descartó esa opción; incluso recordó que el equipo podía perder seis puntos en la clasificación si decidía no presentarse al partido. 

A pesar de las respuestas que habían recibido a lo largo de la mañana y de que no había unanimidad, Bartomeu y su junta seguían decididos a que no se jugara el partido. Y con esa idea bajó el presidente barcelonista a la zona de vestuarios del Camp Nou para encontrarse con el staff técnico y la plantilla del primer.

En el Camp Nou

Allí, en la intimidad del vestuario, fue donde se fraguó la respuesta definitiva. Los jugadores, convocados algo más de dos horas antes del inicio del Barça-Las Palmas, fueron llegando a las instalaciones y paulatinamente se fueron sumando al debate que se había abierto conforme Bartomeu les explicaba la situación y la decisión que había tomado la junta.

El primero en entrar en escena fue Gerard Piqué quien se expresó con su habitual rotundidad: el partido no se podía jugar de ninguna manera, dadas las circunstancias; como ya había dicho cuando había ido a votar, consideraba que los hechos eran “una vergüenza”. Sergi Roberto se alineó enseguida con la postura de Piqué, apuntando en el mismo sentido.

Habla Leo

Cuando el vestuario supo las consecuencias deportivas que podía tener que el Barça decidiera de manera unilateral no jugar el partido, surgieron algunas dudas. Messi tomó entonces la palabra. El argentino tenía muy claro que no se podían perder los seis puntos. Leo era partidario de jugar a puerta abierta “y a ver qué pasa”.

Si esta hubiera sido la decisión final y se hubiera producido una invasión de campo en el inicio del encuentro, el árbitro habría tenido que suspenderlo, el Barça habría tenido que pagar una multa y posiblemente cumplir una sanción… pero no se habrían perdido los 3 puntos.

La tercera vía

Fue entonces cuando el presidente Bartomeu propuso una opción intermedia: jugar a puerta cerrada. El capitán Andrés Iniesta y muchos jugadores vieron con buenos ojos esa alternativa y aportaron argumentos para adherirse a esta opción. El técnico Ernesto Valverde también consideró que era la opción más viable y el presidente Bartomeu acabó asumiendo esta decisión.