EL MARCAJE

El partido perfecto de Rafinha

El brasileño volvió a reivindicarse marcando un doblete y sentenciando el partido

Lluís Miguelsanz

Luis Enrique lleva tiempo advirtiendo que son los futbolistas los que se ganan las oportunidades. Y, sin duda, jugadores como Rafinha han entendido el mensaje. El jugador brasileño se marcó ayer un partidazo demostrando que la fe del técnico en su fútbol tiene recompensa. Rafinha, uno de los chicos polivalentes de Luis Enrique, interpretó como nadie la arriesgada táctica y sentenció él solo el partido disfrutando de los espacios libres que dejó el Deportivo. Rafinha se siente cada vez más importante en este Barça y ha dado ya ese paso hacia adelante que le reclamaban. Se viene un jugador fundamental para las rotaciones.

Rafinha jugó de todo y de nada. La defensa de tres que implantó Luis Enrique para suplir la falta de lateral diestro hizo que el brasileño abandonase la posición de interior para venirse al centro. Jugó como un falso mediapunta aprovechando los huecos que le abrían desde la delantera. Y tuvo en Luis Suárez un socio determinante para dar tranquilidad al Barça. Porque Rafinha apareció cuando el partido parecía dormido y se inventó el primer gol de los azulgrana. Robó un balón al borde del área, combinó con Suárez y batió al portero con un toque sutil. Lo hizo todo para encarrilar un encuentro que comenzaba a atragantarse.

El segundo gol de Rafinha tuvo dosis de oportunista. Aprovechó un remate de Piqué para barrer el balón que había despejado Germán Lux y remató con toda la fe del mundo. En pocos minutos, el brasileño había sentenciado convirtiéndose en el héroe inesperado del partido. Su técnica, su velocidad, su regate y su renovada puntería de cara a puerta le hacen ser una pieza importante en la plantilla. De hecho, Rafinha logró ayer su segundo doblete como profesional y ya lleva cuatro goles en siete partidos convirtiéndose en uno de los máximos goleadores del equipo azulgrana. Y eso que no es titular indiscutible. Ahí va eso.

En la segunda mitad, Rafinha contemporizó más y volvió a ser el comodín ideal para que Messi saliera al terreno de juego. El argentino ocupó posición ofensiva, mientras que Rafinha retrasó su posición para jugar ya más como interior. Otro puesto en el que brilla porque tiene una visión de juego superdotada. Participó más en el pase, pero tuvo menos profundidad justo cuando el Barça estaba ya desarbolando a un Depor hundido. Y, como premio, Luis Enrique le sustituyó en el minuto 68 para que el Camp Nou le rindiera homenaje. Eso y para que pueda descansar porque Rafinha ya es de los importantes. Y ésta puede ser su gran temporada. Va camino de ello.