Fue el único jugador de campo que jugó los 90 minutos en Lleida

La difícil consolidación de Patric Gabarrón

Patric Gabarrón fue uno de los protagonistas en la final de la Copa Catalunya disputada el miércoles en Lleida

JOSEP CAPDEVILA

Para un jugador de fútbol hay dos momentos especialmente complicados en su carrera. El primero es cuando pasan de jugar en fútbol a 7 a hacerlo al fútbol a 11, con el campo grande. Y el segundo es cuando, acabada ya su etapa de juvenil, tienen que verse las caras con los mayores y, si tienen suerte, además en el mundo profesional.

Y ahora imagínense si a ese cambio hay que añadirle, además, el de tener que cambiar de posición sobre el terreno de juego. Eso es lo que le ha pasado a Patric Gabarrón. La pasada temporada jugaba en el juvenil A como centrocampista y ahora está en el Barça B y como lateral derecho. No lo ha tenido fácil. La velocidad no sería una de sus principales armas y ha acusado mucho el cambio de posición. Ha luchado por ser titular con su compañero Ivan Balliu. Patric ha tenido buenas épocas, en las que ha sido titular, pero en otras ha visto como tenía que mirar los partidos desde el banquillo o incluso desde la grada.

Su consolidación no ha sido fácil. Pero el miércoles fue un gran día para él. En la pretemporada ya había jugado algún amistoso con el primer equipo del FC Barcelona, pero ahora pudo jugar la final de la Copa Catalunya. Lo hizo como titular y fue el único jugador de campo que jugó los 90 minutos. El y Oier fueron los únicos no sustituidos. Y siempre podrá decir que acabó el partido formando defensa con Piqué, Mascherano y Alba, en un equipo donde estaban unos tales Song, Alexis, Villa, Xavi o Cesc. Además, por si faltara algo, se consiguió la victoria en la tanda de penaltis contra el Espanyol y Patric y sus compañeros se colgaron la medalla de campeones.

Un buen golpe anímico para el de Mula en este final de temporada, que debe servirle para afrontar con más ganas aún la próxima temporada.