Las anécdotas de la Copa

El día que Evaristo pensó en ser barrendero...

El delantero había fichado por el Barça y vio cómo Eulogio Martínez firmaba siete goles al Atlético de Madrid en un partido de Copa

Evaristo es toda una institución en Brasil y guarda muy buenos recuerdos de su etapa en el FC Barcelona

Evaristo es toda una institución en Brasil y guarda muy buenos recuerdos de su etapa en el FC Barcelona / sport

D. SALINAS

Las eliminatorias entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid han dejado anécdotas muy jugosas. Dentro del terreno de juego y fuera de él. El 1 de mayo de 1957, en el partido de vuelta entre barceloneses y madrileños jugado en Les Corts, tuvo lugar una que sigue sobreviviendo al paso del tiempo. La protagonizó Evaristo de Macedo, futuro delantero brasileño que presenció el partido en la grada.

Evaristo era la apuesta del Barça para la temporada 1957-58 y se quedó de piedra cuando vio que el ariete que jugó contra el Atlético, el paraguayo Eulogio Martínez, anotó la friolera de... ¡7 goles! Su reacción no se hizo esperar: "Nunca he visto cosa igual... Que un jugador, en un partido de competición, marcase siete goles. Con hombres de su clase, no hace falta nadie más en el Barcelona", dijo, para añadir: "No sé para qué me han fichado a mí... A lo mejor me dan una escoba y me hacen barrer el vestuario".

El capitán del equipo de Domènec Balmanya, el mítico Joan Segarra, después del choque, entró en el vestuario en estado de 'schok': "¿Habéis visto? ¿Lo habéis visto? ¡Qué bestia este hombre!" gritó a pleno pulmón refiriéndose a Eulogio Martínez. El guaraní, por su parte, restó importancia a los siete goles: "Las cosas me han salido redondas porque mis compañeros me han ayudado mucho", dijo.

El Barça, ni que decir tiene, dejó al Atlético en la cuneta después del contundente 8-1. Además, en la ida, ya había ganado 2-5. En la siguiente ronda (cuartos) dejó KO al Real Madrid (2-2 en Chamartín y 6-1 en Les Corts). En las semifinales apeó a la Real Sociedad (1-5 en Atocha y 5-1 en Les Corts. La final, disputada el 16 de junio de 1957 en Montjuïc, se la llevó después de derrotar al Espanyol (1-0) por la mínima merced a un gol de Sampedro.