LA ENTREVISTA

Cuenca: "Mi rodilla está al cien por cien y solo quiero jugar"

Casi dos años y un par de intervenciones quirúrgicas han sido necesarias para que el azulgrana Isaac Cuenca vuelva a sentirse futbolista

Tomàs Andreu

Va camino de cumplir dos años en los que no ha disputado un partido sin dolor en su rodilla derecha –31 mayo 2012 visitaba el quirófano–. Es el primero en reconocer que su cesión al Ajax y los minutos que jugó en Holanda a primeros del 2013 fueron precipitados. En el último tercio de la temporada, y pese al nuevo contratiempo por culpa de una rotura en el bíceps femoral, Isaac Cuenca asegura que es un futbolista nuevo. El delantero que debutó de la mano de Pep Guardiola por fin está en condiciones de demostrar que mantiene el hambre y el talento que le abrieron las puertas del primer equipo. Tras varios meses de silencio y frustración, SPORT recoge las reflexiones de un canterano atípico que a sus 22 años sueña con rehacer su carrera.

En estos casos, la primera pregunta es obligada. ¿Cómo se encuentra?

Por primera vez en mucho tiempo puedo decir que me encuentro perfecto de mi rodilla, al 100%. Estoy ilusionado y recuperándome de esta pequeña rotura en el bíceps. Pero con todo lo que he sufrido, esto no es nada.

Usted visitó el quirófano en mayo del 2012, ¿qué ha pasado para que a día de hoy aún no le hayamos visto jugar, excepto unos minutos en el Ajax?.

Y ahí me equivoqué. En junio volví a operarme para una pequeña limpieza del menisco. Se trataba de tocarlo un poco porque lo dejamos entero en la primera intervención. Sabíamos que era difícil que aguantara y al final unos hilos se rompieron. Lo limpiaron y me quitaron un 20%. La recuperación tenía que haber sido más rápida, pero… Al final hemos dado en el clavo para encontrar los ejercicios adecuados, muscular bien y evitar recaídas. Mi rodilla está genial. 

Un calvario en toda regla.

La gente no se puede imaginar lo que es estar dos años parado. Lo doloroso que es sentirse frustrado. Cuando tenía 12 años, jugaba a fútbol, no tenía ni un euro en la cartilla. Con 15 y 16 años seguía jugando mientras mis amigos se iban a divertir. Y seguía sin dinero. Ahora, con 21 y 22, no he podido hacer lo que quiero, aunque tenga dinero. 

¿No me dirá que ha estado a punto de dejarlo?

Le confesaré un par de detalles para que la gente se haga una idea. He tenido días en los que me he levantado, me he dirigido al cuarto de baño y solo estaba pendiente si la rodilla me dolía o estaba hinchada al dar el primer paso. La paranoia llega al punto en que un amigo te dice, ¡vamos a ver un partido de baloncesto! Y tú, lo primero que haces, es preguntarle a la rodilla: ¿puedo ir o te hincharás y me dolerá? ¿Puedo ir a tomar un te o un zumo? ¿Conduzco yo o después me dolerá y tendré que coger un taxi?   

¿Este sufrimiento es agua pasada?. 

He sumado experiencia y madurez. Hasta que llegan estos momentos no valoras lo que es cuidarte. No es por quedar bien, pero ahora entiendo que la alimentación y el descanso son fundamentales para un deportista. 

Hablemos de fútbol. ¿Cómo ve su futuro en el Barça? De entrada, usted tiene un año más de contrato. 

Parece que haya pasado un mundo desde mi debut, pero sí puedo garantizar que mantengo la misma o más ilusión por jugar. Después de tanto tiempo parado y con molestias, lo que deseo es jugar como sea. Antes era  más niño, ahora me cuido al 100%. La inocencia ya se ha ido. 

En estos meses fuera de circulación, ¿qué le ha comentado el Tata? 

El Tata está pendiente de los jugadores inactivos. Él siempre mira, pregunta por tu estado. Te ve hacer circuito apartado y te dice: te veo mejor. ¿Cómo te encuentras? Cada día te veo mejor, me alegro. Eso es importante en momentos delicados. 

¿Cómo se imagina los tres meses hasta final de temporada? 

Solo quiero trabajar para recuperarme de este problema el bíceps y acabar bien una temporada atípica. No quiero más dudas sobre mi capacidad de trabajo o sacrificio. Después ya veremos qué pasa.

Recibió el alta, la rodilla no estaba bien y, además, se dudó de su espíritu de sacrificio.

Unas críticas que no han ayudado en nada. En Navidad, cuando estaba con dolores, cogí y dije que teníamos que hacer algo porque la lesión no iba bien. El club habló conmigo y lo dejamos claro. En Navidad, jornadas de trabajo a diario en doble sesión, con solo un día de fiesta. Y gracias a eso estoy aquí. Eso sí, solo estuve con mi familia un día y medio. 

Nos habíamos quedado en el 30 junio. ¿Y después? ¿Se ve otra temporada en el Barça?

Me queda un año de contrato en el Barça. Tengo una pretemporada y un año entero por delante para convencer al club que puedo jugar aquí. Y quién dice que alguien un día puede llegar a decir: ¡Ostras con Isaac!.

La nómina de delanteros en el Barça es extensa. Más de uno piensa que sería bueno alguna salida.

No soy tonto. Soy realista y sé que es muy difícil jugar en el Barça. Llevo mucho tiempo de baja y veo a compañeros que no están lesionados y tampoco tienen muchos minutos.

Háblenos del equipo. Desde dentro del vestuario y desde fuera del campo, ¿cómo ve a sus compañeros? 

Lo veo bien. Que nadie olvide que es un equipazo. Entiendo que aún pueda escocer la derrota ante la Real Sociedad, pero son muy buenos. 

Déme más argumentos, por favor.

El año pasado el equipo no llegó tan fresco como esta temporada. Estamos mucho mejor y no debemos dudar de la calidad de nuestros jugadores. De las derrotas o malas experiencias siempre se aprende. El equipo ha vivido muchos años esta tensión y sabe cómo gestionarla.

Lo sé, pero uno ve al Bayern y…

El Bayern es muy bueno, también está fresco y sus jugadores son fuertes, pero nosotros tenemos mucho juego en las botas. Y lo saben. Además, si Leo anda fino, todo es posible.

¿Las críticas no han alterado la paz interna del vestuario?

El ambiente interno es bueno. Los jugadores estamos vacunados de todo esto. En este vestuario hay futbolistas con cinco o diez años en la casa.

Lo veo pletórico de moral.

¿Y por qué no? Luchamos por los tres títulos y soy de los que piensa que podemos ganarlos. Estoy convencido porque tenemos un equipazo.