La Copa de la despedida

Luis Enrique quiere despedirse con la tercera Copa del Rey consecutiva

Luis Enrique quiere despedirse con la tercera Copa del Rey consecutiva / EFE

Toni Frieros

Toni Frieros

Dicen que la historia no se repite, aunque existen serias dudas de que sea así. Hay casualidades que parecen sacadas del guión más retorcido. 

Cuando Pep Guardiola anunció que dejaba el banquillo del Barça, la Liga de esa temporada (2011-2012) la ganó el Real Madrid. Y como consuelo, el equipo azulgrana disputó la final de la Copa del Rey en el Vicente Calderón contra el Athletic de Bielsa. Esa noche el Barça empezó perdiendo, aunque terminó dándole la vuelta al marcador y acabó imponiéndose por 3-1. Guardiola, por lo tanto, pudo irse por la puerta grande del FC Barcelona y la afición azulgrana cerrar la temporada con una satisfacción. Al menos, con un título.

Esas circunstancias se repiten también en esta ocasión con Luis Enrique. A su anunciado adiós del club se suma que el Real Madrid ha conquistado la Liga y que el Barça tiene ahora la ocasión de ganar la Copa del Rey.

Dentro de la decepción de no haber podido hacerse ni con la Liga ni con la Champions League, esta noche el Barça tiene la oportunidad de sacar un aprobado alto en cuanto rendimiento.

Una Copa con sabor a despedida, a cambio de ciclo. Siempre lo es cuando se va un entrenador y llega otro. Se marcha Luis Enrique y llega Ernesto Valverde. Adicionalmente, también será el último partido de fútbol que acogerá el Vicente Calderón, un histórico estadio, escenario de grandes gestas y finales, casa del Atlético de Madrid que se tralada.

David contra Goliat

Será, a priori, una final desigual si comparamos el palmarés y el presupuesto de ambos finalistas. El Barça es un equipo consolidado en la grandeza y la excelencia, con una plantilla galáctica y millonaria. 

El Alavés, por su parte, se ha reiventado en sí mismo después de estar al borde la desaparición. En un tiempo record ha ascendido de Segunda B hasta la máxima categoría. Un equipo lleno de ilusión, de fe, de esperanza, que intentará, cual David, derrotar al gigante Goliat.

No nos sirven los últimos antecedentes, porque si bien el Alavés ha sido el único equipo que esta temporada ha derrotado al Barça en el Camp Nou, también es cierto que el equipo azulgrana le endosó una contundente y humillante derrota en Mendizorroza (0-6).

Obviamente será el partido más importante de la historia del Alavés, que sueña con sacarse la espina de aquella maldita final de la UEFA donde cayó con un gol en propia puerta ante el Liverpool. 

Para el Barça será otra final, importante, pero otra de las muchas a las que está acostumbrado a disputar. En los últimos tiempos han sido tantas...

Se miden esta noche la experiencia contra la bisoñez, la potente maquinaria azulgrana contra la humildad de un club que, seguramente, superará en seguidores en las gradas del Calderón a los azulgranas.

Una noche especial para Iniesta y Messi, que podrían ganar su título número 30 como barcelonistas, una verdadera barbaridad. Y el Barça, de paso, revalidar el título y ganarlo por tercer año consecutivo. Es el indiscutible rey de copas. Muchos alicientes para una sola noche.