Confidencial SPORT: La progresión calculada de Denis Suárez

Denis Suárez fue un futbolista reclamado por Luis Enrique desde que cumplió su primer año de cesión con el Sevilla. La sanción de la FIFA impidió que su llegada se anticipara y estuvo por segundo año a préstamo en el Villarreal. A partir de entonces, el seguimiento al futbolista se incrementó con visitas constantes de Robert Fernández a El Madrigal. El Barça contó con todo tipo de informes detallados del jugador, cuya progresión se tiene muy bien estudiada y el rigor se mantiene con Luis Enrique con la confianza total de que Denis sea un jugador vital para el conjunto blaugrana en los próximos años.

“El míster está muy contento con él”, comentó recientemente Robert Fernández en una entrevista en Barça TV. Unas palabras que no fueron un tópico, sino que corresponden con la relación que mantiene Luis Enrique con el gallego. El técnico tiene en muy buena consideración al centrocampista, pero considera que debe ganar peso en el equipo de forma paulatina.

Denis tuvo un arranque muy fuerte, convirtiéndose en el recambio del lesionado Iniesta, pero se cayó del once a raíz de la derrota ante el Alavés. Su ausencia no fue un castigo, como sí ocurrió con Aleix Vidal. Luis Enrique entendía que no debía exponer en exceso al futbolista ni cargarle de una responsabilidad que todavía no le corresponde.

El míster siguió animando al futbolista en los entrenamientos para que mantuviera la moral alta, pese a recibir golpes como no haber disputado aún minutos en la Champions League. Denis volvería ser protagonista y así se ha cumplido. Ha ejercido el papel de revulsivo en los partidos en Balaídos y Mestalla con un marcador contrario y ha demostrado tener carácter para afrontar situaciones adversas. Denis ha respondido. No se ha escondido, ha pedido el balón, ha regateado y tocado sin miedo y Luis Enrique ha sentido que el futbolista estaba al nivel.

Igual ocurrió en la Supercopa de Catalunya cuando le dio el mando del juego. Mientras André Gomes sigue con problemas para comprender el juego de posición y toque del centro del campo blaugrana, Denis lo tiene muy bien aprendido y lo ejecuta como manda el libreto blaugrana. Ante el Granada es una de las opciones más claras para sustituir a Andrés Iniesta, aunque Luis Enrique también valora la opción de Arda Turan, quien también pasa por un buen estado de forma.

En todo caso, las intermitencias de Denis en las alineaciones no han obedecido ni mucho menos a un desencanto de Luis Enrique con el futbolista. Denis Suárez es un proyecto a largo plazo y no solo para resolver problemas de forma inmediata.

El jugador entiende su situación y exprime las oportunidades al máximo, consciente de la dificultad que supone consolidarse en el Barça. Denis nunca olvida lo mucho que le ha costado llegar al club de sus sueños y que la constancia en el trabajo será su mejor aliada para triunfar. Cada minuto de juego es un tesoro y su actitud ya sea actuando de titular, como suplente o cuando le ha tocado estar en la grada, ha dejado satisfecho a Luis Enrique.

Su gran referencia es el capitán, Andrés Iniesta, y sabe que el manchego también fue dosificado en sus inicios con Frank Rijkaard. Antes de ser una leyenda del Barça, Iniesta tuvo que trabajar en silencio para asentarse de forma definitiva y contener la impaciencia que todos los jóvenes sienten por estar sobre el terreno de juego.

Denis se está comportando con inteligencia, siguiendo los pasos pautados por el staff y la secretaría técnica. Robert Fernández lo pone de ejemplo como futbolista con el ADN Barça y en  cualquier decisión de futuro sobre la composición de la plantilla se tendrá en cuenta el papel ascendente que debe jugar el centrocampista.

El futbolista está preparado para nuevos retos. Uno de los que le hace especial ilusión sería tener minutos en el Etihad frente al Manhester City, el club al que se marchó de juvenil y del que quiso irse cuando le llegó la propuesta del Barça B. Denis forzó  para salir, pese a que Txiki Begiristain lo veía a corto plazo en el primer equipo y arriesgó marchándose a jugar a un filial en Segunda División A. El City no tenía entonces a Guardiola. Con Mancini dominaba un fútbol más tosco del que huyó en busca de la excelencia del Barça. En el Mini disfrutó, se catapultó y tras un viaje a Sevilla y Villarreal ha vuelto para instalarse en el Camp Nou.