CHAMPIONS LEAGUE: FC BARCELONA - BAYERN MUNICH

La Champions brinda a Guardiola un triste regreso al Camp Nou

Pep Guardiola regresó por primera vez al Camp Nou como técnico del Bayern en una noche en la que rehuyó todo protagonismo y en la que encajó una dolorosa derrota

Alfonso Callejas

Pep Guardiola no olvidará fácilmente la noche del 6 de mayo de 2015. El técnico de Santpedor regresó al Camp Nou por primera vez desde que abandonó el banquillo del FC Barcelona en 2012 y, pese a lo que pudieran esperar muchos barcelonistas ávidos de darle un caluroso recibimiento, rehuyó cualquier tipo de protagonismo.

Guardiola saltó al césped del Camp Nou tras el himno de la Champions y lo hizo en un más que discreto segundo plano. A pesar de su gesto, el técnico del Bayern tardó muy poco en acabar envuelto de fotógrafos tras ocupar su asiento en el banquillo. Una situación que se vio acentuada por el acercamiento de Luis Enrique para saludar a su amigo.

<strong>Guardiola y Luis Enrique se fundieron en un sentido abrazo</strong> que rápidamente se convirtió en una de las imágenes de la noche. Pero no había tiempo para relajaciones y Guardiola tardó apenas unos minutos en entrar en plena ebullición para mostrar su clásica estampa activa desde el área técnica, observando el juego y dando llamativas indicaciones a sus jugadores.

Cumplido el cuarto de hora de juego Guardiola llamó a filas a Lahm, su extensión sobre el terreno de juego, para darle indicaciones y pedir que el equipo pasase a jugar con una defensa de cuatro tras el fallido experimento inicial de lo que se asemejaba a un 3-5-2.

A la media hora de partido la grada arropó a Luis Enrique con cánticos a favor del asturiano mientras que los elogios a Guardiola no aparecieron debido a la entidad del choque y a la gran discreción de Pep, que se mantuvo en segundo plano en todo momento, también en su salida al campo tras el descanso.

El resumen de su sentir en la noche de este miércoles fue su reacción tras el 1-0 de MessiEl técnico del Bayern que ya había avisado del terrible potencial de Leo, se olía lo peor y mostró su decepción con algunos gestos de desaprobación desde el área técnica. Lo peor para él aún estaba por llegar con el segundo y el tercer tanto del Barcelona. Tendría tiempo, eso sí, para despedirse de su amigo Luis Enrique antes de enfilar el camino hacia el vestuario visitante tras una noche para olvidar.