Su traspaso al Chelsea es la culminación de un fiasco deportivo

Cesc, la historia de un fracaso

El Barça fichó a Cesc del Arsenal por 34 millones de euros hace tres temporadas y ahora lo ha vendido por 33 al Chelsea. Llegó como una estrella y se va por la puerta de atrás

Lluís Mascaró

Cesc es, probablemente, uno de los centrocampistas con más talento del mundo. Pero ha fracasado en el Barça. Su traspaso al Chelsea (33 millones de euros más 3 en variables) solo tres temporadas después de haberle recuperado del Arsenal (a cambio de 34 millones fijos más 6 en incentivos) es la constatación de que Cesc no ha triunfado en el Camp Nou. Todo lo contrario.

Cuando el Barça fichó a Cesc, después de dos veranos infructuosos de negociaciones con Arsene Wegner, el centrocampista de Arenys estaba llamado a convertirse en el relevo natural de Xavi. El Camp Nou acogió el regreso del 'hijo pródigo' (se había ido a Londres con 16 años y se convirtió en el ídolo y el capitán del Arsenal) con entusiasmo y más de 35.000 espectadores no quisieron perderse su presentación el 15 de agosto del 2011.

Pero de la ilusión se ha pasado al desencanto en solo tres temporadas. Y del desencanto a la crítica y los pitos. Cesc ha pagado la factura de la descomposición del Barça desde la marcha de Guardiola, que fue quien quiso ficharle pero también fue el primero en darse cuenta de que no encajaba en el equipo. A pesar de la voluntad y el empeño de Cesc por triunfar, el dibujo táctico fue su principal enemigo.

Ni Pep, ni Tito Vilanova ni Tata Martino consiguieron que Cesc se encontrara cómodo en un once que no estaba pensado para él. Tenía por delante a Xavi e Iniesta como interiores y a Messi como falso nueve. Imposible ser titular indiscutible. A pesar de ello ha disputado 151 partidos en tres temporadas y ha marcado 42 goles. Datos estadísticamente notables, pero con sensaciones que no han satisfecho ni al jugador, ni a la afición ni a la directiva, que no ha dudado en ponerle en el mercado y dejarle marchar. Tampoco Luis Enrique ha hecho nada por retenerle.

Puede que Cesc triunfe ahora en el Chelsea de Mourinho. Seguro. Como lo hizo en el Arsenal de Wenger. Porque la Premier se adapta más a sus características de fútbol directo y a sus llegadas desde la segunda línea. Porque en la Premier volverá a ser el futbolista de referencia de los 'blues' como antes lo fue de los 'gunners'. Y porque en la Premier se liberará de todo el peso que llevaba en la mochila. "El Barça es el reto más grande de mi vida. Espero que pueda ofrecer un buen rendimiento y que nadie se arrepienta de mi fichaje", dijo en 2011.

La responsabilidad que para Cesc representaba su regreso al Barça, del que se fue en septiembre del 2003 para buscar la gloria en la Premier, ha sido un lastre durante estos tres años. Todos los socios y aficionados esperaban más de él. Todos los técnicos esperaban más de él. El propio Cesc esperaba más de él. Pero no ha podido ser. Su adiós, discreto, por la puerta de atrás, el mismo día que se inauguraba el Mundial, es la mejor metáfora de lo que ha sido su trayectoria en blaugrana.