Campaña brutal contra el Barça

En Madrid se ha desatado una campaña brutal contra el Barça. Los componentes más extremistas de la caverna mediática han intensificado, en los últimos días, la estrategia del desprestigio contra el equipo blaugrana acusando a los árbitros de regalarle la Liga al conjunto de Tata Martino. Así de claro. Una encuesta realizada en el programa 'El Chiringuito de Jugones', dirigido y presentado por Josep Pedrerol, servía como argumento para recuperar la teoría de la conspiración: según un 92 por ciento de los espectadores del espacio (básicamente madridistas, claro), los árbitros ayudan al Barça. A eso se le añadía una información absolutamente tendenciosa, publicada en el suplemento de deportes de 'La Razón' (dirigido, curiosamente, por el propio Pedrerol), según la cual al Barça le han beneviciado hasta en siete ocasiones a lo largo del campeonato, jugando un total de 235 en superioridad numérica (es decir, contra 10) respecto a sus rivales. Entre ellos, claro, el Madrid...

La teoría del 'villarato', que ya nació  en la época más gloriosa del Barça de Guardiola, es el elemento distorsionador al que recurren, reiteradamente, los miembros de la caverna mediática para intentar desestabilizar al conjunto blaugrana. Uno de los más destacados miembros de este gremio, el periodista Tomás Roncero, llegó a asegurar en el mismo 'El Chiringuito' que el ex árbitro internacional García de Loza había enviado un SMS a un directivo del Madrid, después del Espanyol-Barça, con el siguiente mensaje: "Olvidaros de ser campeones". Una falacia más con la que salpimentar esa gran mentira que es que el Barça es el equipo más favorecido por los árbitros desde los tiempos de Joan Laporta. Una gran mentira montada en base al apoyo del ex presidente del Barça a Villar en las elecciones a la Federación Española frente al respaldo que el Madrid y Florentino Pérez dieron a su rival, Gerardo González.

Ante todos estos ataques indiscriminados, el Barça solo tiene una defensa: la victoria. Ganar, ganar y ganar para demostrar que es el mejor equipo sin necesidad de recurrir a ayudas de nada ni de nadie.