El Camp Nou recobra el pulso y responde sin miedo a los atentados

German Bona

German Bona

La mejor manera de contestar a la barbarie es seguir como si nada pasara. Es cierto que el ambiente ayer del Camp Nou, antes y también después de que rodara el balón, no fue el habitual, mezcla de tristeza por lo sucedido, emoción y las dificultades logísticas ante unas medidas de seguridad tan amplias como necesarias en estos momentos. Sobre todo, el factor diferencial fue la emoción y el respeto. El Camp Nou recobró el pulso gracias a una afición madura y consciente de que la vida sigue.

Llegar al Camp Nou ya suele ser difícil de por sí, al tratarse de un estadio ubicado en plena ciudad. A medida que los aficionados fueron acercándose al Estadi, comprobaron un aumento de los efectivos de seguridad, sobre todo en los accesos principales, donde los Mossos, armados, hacían ralentizar los coches. A algunos los paraban para inspeccionarlos a fondo, pero siempre tratando de dar sensación de normalidad y seguridad. No hubo excesos innecesarios.

Las puertas se abrieron algo más pronto de lo habitual, en este caso, sobre las 18.35 horas. La advertencia previa era la de llegar con tiempo y con mochilas pequeñas, y en general fue respetado. Pese a que los ‘cacheos’ fueron algo más significativos -ya se venían realizando en las anteriores temporadas–, la entrada al recinto blaugrana se hizo a buen ritmo y sin problemas, aunque a medida que se fue acercando la hora del partido, como es lógico, se notaron más las colas.

detallazo del betis... e im presionante minuto de silencio

En la cubierta de tribuna, ocupada ya por el nuevo patrocinador, muchos los aficionados, culés de todo el mundo, no perdieron la oportunidad de fotografiarse ante un mural con el escudo del Barça, un crespón negro y la leyenda #TOTSSOMBARCELONA. No faltó una nutrida representación de aficionados béticos, orgullosos con su club, que horas antes, había realizado con Serra Ferrer a la cabeza una ofrenda floral en el corazón de Les Rambles. Detallazo.

Y es que la emoción estuvo en todo momento a flor de piel. Sobre todo en los momentos anteriores al choque. Banderas a media asta, el 'speaker' recitando el nombre de los jugadores, todos con un mismo nombre, el de Barcelona, el que lucieron también en sus camisetas de homenaje. Saltaron los dos equipos al terreno de juego, se fotografiaron juntos ante una atronadora ovación, se desplegó desde el fondo una pancarta con un claro aviso a los terroristas: 'Mai ningú ens podrà tòrcer' (nadie nos podrá doblar) y se hizo el silencio más impresionante en un sentido minuto de silencio que dio lugar a los ya eternos gritos de "No tinc por". Así lo demostró el Camp Nou.