La contracrónica

El Camp Nou dijo 'Sí' al equipo

La victoria ante el Athletic actuó como bálsamo y la grada, dividida en gran parte del encuentro entre aplausos y pitos, acabó mostrando su apoyo al mejor Barça de la historia

Laura Ramos

Tardaron en salir, pero nada más encajar el 0-1 los primeros pañuelos hicieron acto de presencia en las gradas medio vacías del Camp Nou. La afición se había mostrado benévola con el equipo hasta ese momento, a excepción de Dani Alvés que sí recibió algunos pitos en el primer tiempo, pero tras el tanto de Aduriz se perdió la paciencia.

Una parte de la afición trato de camuflar el descontento del socio con gritos de 'Barça, Barça' apenas audibles. El runrún se apoderó de un Camp Nou incrédulo que sigue sin entender qué le ha pasado a sus jugadores. Aparecieron algunas pancartas críticas con la Junta en las que se podía leer, por ejemplo, "no dejemos que nos piloten hacia el fracaso: ¡Elecciones ya!".

Ni Leo Messi se libró del murmullo de la afición tras fallar una clarísima ocasión al cuarto de hora de la reanudación. Rápido reaccionó la grada, en plena esquizofrenia futbolística, para corear el nombre del mejor jugador de la historia del club y del mundo. Cuestionado estos días tras su bajo rendimiento en los tres partidos más importantes de la temporada, el argentino ya había recibido muestras de cariño en la primera parte junto a Iniesta, el otro 'salvado' por la grada. 

Pitos y aplausos convivieron a partir de ese momento. Cada error era criticado, pero también animado por una parte de la grada dividida entre el apoyo incondicional al mejor equipo de la historia y la crítica por los malos resultados de una temporada para olvidar. De ahí, tal vez, que los socios se mostraran respetuosos con la plantilla en el arranque del partido. 

Cesc Fábregas fue otro de los jugadores más 'cuestionados' por la grada, que acompañó su entrada en el campo con evidentes pitos. El gol de Pedro, sin embargo, calmó los ánimos de una grada que se dejó llevar por la esperanza y animó a su equipo. El 2 a 1 Messi reanimó a una afición que celebró con energías renovadas la 'remontada' culé. Se notaba que el socio tenía ganas de volver a disfrutar de su estrella y de una victoria para olvidar, por minutos, el pasado. 

La pobre entrada, sin embargo, dejó patente un cierto descontento con el equipo. Pocas veces, y ante un rival de la entidad del Athletic, se habían visto tantos claros en las gradas azulgranas. Ni la gran afluencia de turistas evitó la triste imagen de un Camp Nou medio vacío. Pero no hubo plebiscito y la Junta Directiva respiró aliviada.