Bienvenidos al templo de D10S

Messi dio el título al Barça con un gol marca de la casa

Messi dio el título al Barça con un gol marca de la casa / LALIGA

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Varios miles de aficionados recibieron en 1998 (repitieron años más tarde, en 2002) a la selección de baloncesto de Serbia en Belgrado al grito de "Ми имамо свога Бога, име му је Бодирога", cuya traducción es "nosotros tenemos a nuestro Dios y su nombre es Bodiroga". El deporte es una religión politeísta repleta de deidades de mayor o menor recorrido, dependiendo de la intensidad de la fe que profesan sus fieles: de Cruyff a Maradona, de Chávez a Ali o de Jordan a Bodiroga, todos ellos venerados con devoción. El Barça no es ninguna excepción: nosotros tenemos a nuestro Dios, su nombre es Leo Messi y su templo es el Camp Nou

"Cuando nuestro capitán dice algo, estamos los demás para seguir el camino que él ve. Messi va por delante y nosotros le seguimos", dijo ayer Rakitic, como si sacara sus palabras de un texto sagrado. Amén. Esa ascendencia sobre el grupo es algo que se ha ganado a pulso año a año, temporada a temporada, a diario.

LÍDER TRANSVERSAL

Su liderazgo no es discutible porque, además, así lo reconoce transversalmente el barcelonismo. Quienes mandan en el club y sus empleados, el cuerpo técnico y sus compañeros, su propia afición y, también, la de los equipos rivales. No importa la edad ni la ideología futbolística porque nadie discute lo que significa Leo Messi para el fútbol.

Si el '10' del Barça mueve su dedo índice para señalar la 'orejuda', el resto asiente y se pone a remar rumbo a Madrid. Jürgen Klopp, al que su afán por liberar a los suyos de la presión que supone jugar ante casi cien mil personas le jugó una mala pasada, comprobará esta noche que las buenas intenciones no le eximen de su error. Negarle al Camp Nou la categoría de templo del fútbol es, por muchas explicaciones que se den, un menosprecio a la historia. Rebajar el linaje de un estadio en el que Messi ha construido la leyenda más imponente jamás escrita en el deporte rey es no entender nada.

RESPUESTA CONTUNDENTE

Tan cierto es que la afición culé se activa de forma selectiva en las grandes citas, como que, cuando llega con con las pinturas de guerra luciendo en su rostro, no existe escenario más imponente para el rival ni ambiente más motivador para el Barça. Klopp no ha hecho más que espolear a quien siempre responde cuando se siente atacado y hoy casi cien mil aficionados acudirán al Camp Nou dispuestos a empujar a su equipo hacia la victoria.

El barcelonismo, con Messi ejerciendo de maestro de ceremonias, será una sola voz ante el Liverpool. Cuando el '10' decidió que la Champions debía ser el gran objetivo, no hubo nada más que hablar, solo empezar a soplar en la misma dirección y gritar al mundo lo que somos: "Blaugrana al vent, un crit valent. Tenim un nom que el sap tothom: ¡Barça! ¡Barça! ¡Barça!".