Historia SPORT

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Buenos augurios

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Al fútbol le rodean un sinfín de tópicos que contribuyen a darle sentido (aparente) a un juego tan inexplicable como imprevisible. Algunos, de tan manidos, se pueden recitar de memoria  y siguen haciendo fortuna. Por ejemplo la teoría del puente aéreo y los vasos comunicantes. O dicho de otra manera: cuando el Madrid baja el Barça sube y viceversa.

Es el territorio de los estados de ánimos. De las tendencias. De las dinámicas. Y ahí el conjunto de Luis Enrique parece que está ganándole terreno a los blancos. Empezando por los números. En los últimos cuatro encuentros el Barça suma un empate y tres victorias. El Madrid, un empate, dos derrotas y un triunfo.

El último ayer ante el Málaga con un tanto de Sergio Ramos (otra vez a balón parado, otra vez en posición irreglamentaria). El central se ha convertido en el agitador del Madrid cuando cae en el desánimo. Pero el conjunto de Zidane empieza a mostrar signos de agotamiento.

Puede que esté contribuyendo el ‘efecto Mundialito’, un virus que acostumbra a afectar a los grandes. Pero el estado de alerta ya ha saltado en Chamartín. “Yo entiendo a la gente porque es un público que quiere más de su equipo, pero el jugador necesita cariño a veces. Y el entrenador también”. Así se refirió Zidane a los pitos que se escucharon en el Bernabéu.

“Es un toque de atención que siempre sirve para que el equipo reaccione. Pero es en los momentos difíciles cuando uno necesita cariño, no más hostias ni más palos”, intercedió Ramos. 

Del que no hubo noticias fue –otra vez– de Cristiano Ramos, que sigue su particular cuesta abajo. Zidane, por su parte, terminó “jodido” con la plaga de lesiones. La última, ayer, de Marcelo, uno de los jugadores más trascendentes del equipo.  

Ganó el Madrid, que termina líder la primera vuelta, pero las sensaciones no son buenos. Justo lo contrario de lo que le ocurre a un Barça que apunta una gran mejoría en los últimos encuentros. 

Ganar para seguir creyendo

Hoy se mide al Eibar, en un partido de pierna fuerte, incómodo, en el que, como ocurrió en Anoeta, deberá exhibir su cara más pragmática.  El objetivo –lo explicó ayer Luis Enrique– es mantener la tendencia positiva (el Barça solo ha podido sumar cuatro triunfos consecutivos este curso).

“Llevamos tiempo buscando una dinámica larga de buenos resultados, con bastantes victorias seguidas porque las necesitamos. Sobre todo en la Liga, donde tenemos que meter presión a los rivales”. 

El gran contratiempo será la ausencia del lesionado Iniesta. Un futbolista irremplazable, uno de los jugadores que más contribuyen al estilo. Pero sí estará Neymar.

Seguramente su mejor versión. Porque el brasileño vuelve a ser el jugador eléctrico que marca diferencias. También ha recuperado el instinto goleador. E incluso marca los penaltis con este estilo tan suyo –de acelerar y frenar– que pone a prueba los nervios de los porteros (y los propios aficionados del Barça).  

En Ipurua se esperan rotaciones, pero nadie duda de la presencia del tridente. Además de Ney, también estarán Messi y Suárez en el once. Tres futbolistas que auguran contratiempos para el Eibar.

La dinámica de los últimos encuentros y el bajón del Madrid animan a un Barça que afronta con buenas  sensaciones la escalada liguera