LA CONTRACRONICA

Un Barça que ya no es

La imagen de este Barça no tiene nada que ver con la de los últimos años

La imagen de este Barça no tiene nada que ver con la de los últimos años / sport

Miquel Soria/Cristina Pérez

Xavi avanza con el balón, supera la línea del centro del campo y, de repente, se para. No hay nadie. Ni a un lado ni a otro. Ni si quiera atrás hay alguien para recibir de cara. Esto que puede parecer una anécdota es reflejo de lo que ha sido y es el Barça de esta temporada.

Ya no existe ese equipo que avanzaba hacia la portería rival como una cuerda, de manera escalonada hasta encerrar al contrario. En el que había ayudas solidarias. Ahora los jugadores se ven con la necesidad de hacer la guerra por su cuenta y eso, aunque te llames Leo Messi o Andrés Iniesta, no es nada fácil.

La afición desplazada a Valencia confiaba en las horas previas en los destellos de los dos, con un optimismo casi nostálgico, pero el de este miércoles no fue su partido. En la primera parte la buena labor de Jordi Alba permitió ver al manchego en acción. Al ser sustituido por lesión, Iniesta tuvo que ubicarse en el centro del campo para intentar participar en la creación de juego. Pero no fue la solución aunque durante la recta final del partido –la salida de Pedro por Cesc volvió a desatascar un poco al equipo- sí que tuviera el Barça la posesión e inquietara al Madrid..

Porque el recurso más empleado por el Barça durante gran parte del partido fueron los centros al área. Y aunque el gol azulgrana llegó tras un saque de esquina rematado de cabeza a la perfección por Bartra, este equipo no está diseñado para que Messi, Neymar o Pedro tengan que rematar de cabeza. Porque no juegan a eso y porque no pueden, por mucho que Alves se empeñara en buscar esa opción una y otra (y otra, y otra) vez.

Si en ataque Alves no estuvo fino, peor fue su faceta defensiva. Por su banda, que fue en muchos momentos una autopista, llegó el definitivo tanto de Gareth Bale. Un maltrecho Bartra no pudo frenar al galés después de que superara al brasileño con facilidad.

Ahí se acabó todo aunque hubiera una ocasión final de Neymar. Porque el último recurso volvieron ser los centros al área. Esos que el Barça de antaño prefería evitar porque era preferible combinar, tocar y profundizar con el balón hasta la meta rival. Un Barça que, al menos con estas piezas, no volveremos a ver.