Ajax, 2 - Barça, 1

El Barça pagó su apatía con la primera derrota de la 'era Martino'

Fue el peor Barça de la temporada y, probablemente, también del último lustro. Los azulgranas encajaron su primera derrota de la 'era Martino' tras 21 partidos invictos ante un Ajax que les arrolló en una pésima primera mitad

Ricard López

Ya clasificado de antemano, el Barça se dejó ir y desaprovechó la oportunidad de sentenciar el liderato de grupo -un empate le bastaba- ante un rival más joven y motivado. La imagen del equipo en la primera mitad fue impropia y estuvo a años luz de la de aquel bloque que, hasta hace bien poco, deslumbraba con su fútbol. Lentos, apáticos, sin ideas, fallones, y cediendo la iniciativa al Ajax, los de Martino parecieron una sombra de sí mismos. Un bloque sin alma, del montón, sin norte, y que cuando intentó tomarle el pulso al duelo ya perdía por 2-0.

Con ese resultado se llegó al descanso, y aún tuvieron suerte los azulgranas, porque pudo haber sido más abultado. Es verdad que los de Martino se presentaron en el Amsterdam Arena en cuadro, con las ya sabidas bajas de Valdés Messi, y con una defensa sostenida sobre alfileres por la ausencia de tres laterales (Alves, Adriano Alba). Pero, como bien dijo el técnico en la víspera, esto no sirve de excusa para justificar lo visto en los primeros 45 minutos. Su decisión de poner a Puyol como lateral derecho, desplazando a Montoya al izquierdo, no fue acertada. A sus 34 años, y sin ritmo de competición todavía, el capitán sufrió pasándose el partido subiendo y bajando la banda. Y seguramente el segundo hubiera rendido mejor en su demarcación natural. También es cierto que los centrales, Mascherano Piqué, no ayudaron precisamente a arreglar el desaguisado.

Tampoco hiló fino la media en este período, con Xavi, Iniesta Song superados y capeando el temporal como podían. Así, no es extraño que en la primera mitad los de Frank de Boer tuvieran hasta media docena de ocasiones claras. La primera en el 10', cuando Pinto se lució despejando un trallazo de Fischer. Y en la segunda, llegó el 1-0 (18'). Serero, entrando solo en el área, remachó a placer un centro de Van Rhijn, después de que el esférico se paseara como si nada ante los dos centrales.

Schöne, hiperactivo, tuvo en sus botas el segundo en un disparo desde la frontal que salió alto por muy poco (22'). Y en el 32' obligó a lucirse a Pinto en un saque de falta lateral. Un libre directo que llegó después de que Piqué derribara a Boilesen desentendiéndose por completo del balón (el '3' vio la amarilla por ello).

El 2-0 era cuestión de tiempo, y se convirtió en realidad al filo del descanso tras un cúmulo de despropósitos defensivos. Fischer disparó sin oposición desde el borde del área, Pinto rechazó y el esférico llegó a Hoesen que, tras irse de Piqué mientras éste levantaba el brazo pidiendo fuera de juego, lo envió plácidamente al fondo de las mallas (41').

El Barça reaccionó en la reanudación después de una primera mitad en la que sólo Cesc (13') y Neymar (25') crearon algo de peligro. El brasileño, casi desaparecido hasta entonces, se puso las pilas liderando el ataque tras el descanso. En el 47', forzó el penalti del 2-1 al ser derribado de forma estrepitosa por Veltman, que fue expulsado. Xavi materializó la pena máxima.

Los azulgranas recuperaron la chispa y, por fin, también el mando. La media se hizo con el control del balón, y el equipo empezó a carburar. En el 56', Neymar tuvo cerca el empate, pero Cillessen despejó a córner su intento de vaselina en el mano a mano. Previamente, el brasileño había sido amonestado por dar una patada a Denswill al intentar una chilena, si bien en su descargo hay que decir que no lo vio (52').

Ya en los últimos 20 minutos, Martino intentó aportar savia nueva al equipo sustituyendo a los dos capitanes -Puyol Xavi- por el debutante Patric Sergi Roberto. El primero, como lateral derecho, y el segundo en el eje. El argentino completó su 'minirrevolución' dando entrada luego a Adama por Cesc.

El Barça continuó buscando el empate con más voluntad que acierto -Piqué se incorporó al ataque como si fuera un '9'-, pero ya era tarde. Al final, el árbitro pasó por alto un claro penalti a Pedro. El 2-2 hubiera dado el liderato matemático de grupo -que llegará si se gana en la última jornada al Celtic en el Camp Nou-, aunque hubiera sido un premio excesivo para un Barça que, esta vez, no lo mereció.