El Barça de Luis Enrique, cada vez más diésel

El Barça de Lucho, más eficaz en la segunda parte

El Barça de Lucho, más eficaz en la segunda parte / sport

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

En contra de lo que dice el tópico, las segundas partes sí son buenas: como mínimo, para Luis Enrique, ya que desde su primera temporada como entrenador en la élite europea, en la que dirigió a la Roma, los equipos del asturiano vienen experimentando una clara inclinación hacia la segunda mitad en lo a que a capacidad goleadora se refiere.

Los números, que no admiten discusión, tienen doble interpretación: la positiva es que el Barça se entona en el tramo decisivo de los encuentros. La mala, que los azulgranas son incapaces de encarrilar los partidos relativamente pronto, por lo que, con el paso de los minutos, los rivales convierten el desgaste físico en esperanzas de puntuar.

Tras dejar el Barça ‘B’, Luis Enrique emprendió la aventura hacia la Serie A. Ésta no salió como esperaba, pues la Roma finalizó la temporada 2011-12 fuera de los puestos europeos. A nivel goleador, los ‘giallorossi’ mostraron un equilibrio casi perfecto: 52% de los goles en la primera parte y 48% en la segunda, un bagaje que explica el hecho de que en Italia existe una mentalidad conservadora cuando el marcador es favorable, por lo que los partidos difícilmente se rompen.

También en el Celta

El porcentaje se invirtió cuando, tras un año sabático, ‘Lucho’ cogió el mando en el Celta. El conjunto vigués logró 28 de sus 50 tantos en los segundos 45 minutos, un porcentaje idéntico al que registró el técnico en su primer año en Can Barça (56%), aunque con unos totales que no tienen nada que ver.

Ya en la pasada campaña, el Barça evidenció mayor efectividad tras el descanso. Los números totales fueron muy similares a los de la 2014-15 (170 goles por 175), pero los culés confirmaron una dinámica que se ha acentuado notablemente en lo que va de curso.

Un 68% de las dianas han llegado en la segunda mitad. Uno de los motivos a los que se podría achacar dicha tendencia es que los rivales conocen cada vez más y mejor las particularidades tácticas de Luis Enrique.

Esto significa que al Barça le cuesta sorprender de inicio, por lo que tiene que tirar de paciencia para doblegar a sus adversarios en la segunda mitad, cuando el cansancio pasa factura al equipo que más ha corrido sin balón, y éste no suele ser el azulgrana, por más verticalidad que ‘Lucho’ haya aportado.

Los números también dejan constancia de la importancia de abrir pronto la lata: en 15 de las 16 ocasiones en las que fue ganando al descanso, el Barça se llevó la victoria. Por el contrario, solo resolvió con victoria 5 de los 14 duelos en los que se marchó al ‘break’ sin ventaja en el marcador.