El Barça se conjura para acabar el año líder

La plantilla del FC Barcelona se conjuró ayer para finalizar el 2014 dejando muy buenas sensaciones: acabar el año líderes en la Liga y clasificados para los octavos de final de la Champions League como primeros de grupo. También, en la Copa del Rey, dejando al equipo en la siguiente eliminatoria (octavos). El conciliábulo tuvo lugar después de la comida de hermandad que la plantilla realizó en la Masia Restaurant Can Ferran, en la carretera de Rubí a Sant Quirze del Vallès.

El almuerzo, después de una matinal en un karting, donde los jugadores se lo pasaron en grande y pudieron vivir unas horas intensas y divertidas, reunió por vez primera desde que se hacen este tipo de encuentros a todos los componentes del vestuario del FC Barcelona. En total, unos 50 comensales.

Si las carreras en el karting sirvieron para hacer piña y cohesionar al grupo, la comida reforzó la idea que se buscó con la agenda programada ayer por el entrenador asturiano. Después de degustar cocina tradicional catalana de primerísima calidad, la sobremesa estuvo muy animada.

Los veteranos invitaron a los 'novatos' a dirigir unas palabras al auditorio y, de las distintas intervenciones que hubo, la más ovacionada fue la del guardameta Claudio Bravo. El chileno, con gran experiencia en el fútbol a nivel de club y selección, se lo curró de verdad y no decepcionó a nadie con sus palabras. 

Otro de los que también levantó expectación cuando tomó la palabra fue Thomas Vermaelen, que ha ingresado en la disciplina del FC Barcelona con mal pie, hasta el punto de que aún no ha debutado y no lo hará hasta que se recupere de la intervención a la que será sometido el próximo martes en Finlandia por el doctor Sakari Orava. La recuperación del central se ha fijado entre cuatro y cinco meses.

Los técnicos, encabezados por Luis Enrique, no tomaron la palabra. Dejaron que fueran los jugadores los que llevaran la voz cantante en este apartado al ser ellos los protagonistas del día.

No hubo brindis ni pastel y se echaron de menos las arengas de Txema Corbella, una de las personas más queridas dentro del vestuario del FC Barcelona que el pasado verano dejó de ejercer de encargado del material culé después de 30 años en el cargo. 

La cita en la Masia Restaurant Can Ferran acabó con una conjura. Todos los componentes del FC Barcelona, jugadores, cuerpo técnico y auxiliares, se comprometieron a finalizar el año 2014 dando una alegría a la afición y a sí mismos: liderando la Liga y dejar al equipo clasificado para los octavos en la Champions League como primero de grupo (para evitar a los ‘cocos’ y tener el factor campo a favor en la primera eliminatoria directa, en febrero y marzo de 2015). 

Para ello, en la Liga, el equipo deberá empezar ganando al Valencia (en Mestalla), al Espanyol (Camp Nou), al Getafe (Coliseum Alfonso Pérez) y al Córdoba (Camp Nou). Y en la Champions, también deberá ganar al PSG (Camp Nou), que actualmente ocupa la primera posición en la fase de grupos.

El equipo no quiere que se repita el bache que sufrió después de perder en el Bernabéu (3-1) el 25 de octubre y en el Camp Nou contra el Celta (0-1) el 1 de noviembre. Esas dos derrotas dejaron al grupo tocado y de afrontar el clásico con una ventaja de cuatro puntos respecto al Real Madrid, acabó con uno, que pasaron a ser dos (por debajo) del eterno rival después del KO contra el conjunto gallego.

Pero el Barça supo reaccionar y, desde entonces, suma cuatro victorias consecutivas (Ajax, Almería, Sevilla y APOEL). Y así quiere seguir.