liga bbva 2015/16: sd eibar-fc barcelona

Messi impulsa al Barça en Ipurua

El Barça se impone sin problemas al Eibar con goles de todos sus delanteros en un partido gobernado por la inspiración de Leo Messi

Messi, en la acción del 0-2

Messi, en la acción del 0-2 / sport

Javier Giraldo

No cede el Barça en su camino hacia el título. Ni siquiera en los campos más ásperos y en los horarios más incómodos. Nada frena al equipo blaugrana, que ya encadena 36 partidos sin perder y once victorias consecutivas en la Liga después de imponer su jerarquía en Eibar, donde la figura de Leo Messi volvió a multiplicarse.

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Liga bbva 2015/16

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Alineaciones
SD EIBAR
Riesgo; Capa, Pantic, Ramis, Juncà; Dani García, Radosevic; Escalante (Hajrovic, min. 85), Adrián, Sergi Enrich (Inui, min. 89) y Borja Bastón (Saúl Berjón, min. 67).
FC BARCELONA
Bravo; Dani Alves, Piqué (Bartra, min. 79), Mascherano, Jordi Alba; Rakitic, Busquets (Vermaelen, min. 79), Arda Turan (Sergi Roberto, min. 79); Messi, Suárez y Munir.

El argentino reinó en Ipurúa de principio a fin. Jugó como y donde quiso: de centrocampista y de delantero. Fabricó la jugada del primer gol del Barça, anotó el segundo en un contragolpe perfecto y sentenció el resultado lanzando un penalti que tuvo un cierto aire a lo Panenka, por el centro de la portería. El cuarto y definitivo gol del Barça lo firmó Luis Suárez en el tramo final del partido.

Consciente de que el Barça enfoca su primera semana libre de partidos desde empezó el año, Luis Enrique reclamó un último esfuerzo de sus jugadores: no hubo concesión a las rotaciones ni al descanso, con la defensa titular, Arda en el lugar teóricamente reservado a Iniesta en el centro del campo y con Munir como sustituto de Neymar en el frente de ataque. 

El equipo volvió a sacar su versión más competitiva agarrado a la inspiración de Messi, que gobernó el partido con una autoridad incontestable. Se elevó sobre el césped de Ipurúa para convertir el partido en puro entretenimiento: retrasó unos metros su posición habitual para moverse entre líneas con la soltura de quien juega un partido entre amigos. Cuando el resultado ya era lo de menos, volvió a su posición habitual. 

El argentino fue el delineante del Barça en Eibar. Pensó y ejecutó el juego del equipo con una facilidad insultante. Por momentos, se disfrazó de Xavi para dirigir la orquesta y hacer jugar a sus compañeros. Lo hizo en la acción que abrió el marcador, en el minuto 7. Parado en seco junto a la banda derecha del ataque del Barça, leyó el desmarque en ruptura de Suárez y le filtró un balón perfecto a la carrera del 'nueve'.

Un gol marca de la casa

El uruguayo controló la pelota, levantó la cabeza y vio la irrupción de Munir, que marcó en boca de gol pese a la oposición de Capa. Una demostración inmaculada de juego colectivo, rematada por Munir, que no jugaba en la Liga desde el mes de noviembre y que compensó la ausencia de Neymar de la mejor manera posible. 

Por delante en el marcador, el Barça disfrutó de unos minutos muy plácidos: la salida de balón fue limpia., el centro del campo supo contener al rival y combinar y los delanteros, jugar al pie y al espacio. El equipo leyó perfectamente el partido, que tenía ritmo e intensidad. Nada que ver con las visitas del Barça a Málaga o Las Palmas, donde el empuje del rival había puesto al Barça contra las cuerdas. 

Arda enseñó su mejor versión con la camiseta del Barça: estuvo a punto de firmar la asistencia de la temporada, tras controlar un balón con el pecho y dejarlo de tacón para la llegada de Suárez en la corona del área rival. Por lo demás, el turco estuvo intenso e implicado, más adaptado al juego del equipo que en partidos anteriores

Solo en el tramo final de la primera parte sufrió el equipo de Luis Enrique: el Eibar se estiró y sacó partido al trabajo de sus tres delanteros y sus incansables centrocampistas. La tuvo Ramis en un remate de cabeza a la salida de un córner, la tuvo Escalante en un remate que se fue desviado y Capa, que prefirió el pase atrás al remate ante Bravo, en la mejor ocasión del Eibar, ya cerca del descanso.

Mientras el Barça miraba a Undiano reclamando el entretiempo, Messi se dedicó a sentenciar el partido. El argentino recogió un balón muerto en el círculo central y a primera vista comprobó que el Eibar estaba tan volcado en ataque que había metros por delante para correr hacia Riesgo.

Así lo hizo el '10', que superó a Capa y a Pantic con un simple movimiento de cadera. Se perfiló hacia su costado izquierdo, ya en el área rival, y superó a Riesgo con un disparo cruzado. Así de fácil para el argentino, que firmaba así su gol número 20 en esta Liga, a pesar de pasar dos meses de baja por lesión. 

Con dos goles de margen, el Barça se permitió el lujo de dedicar la segunda parte a mantener el partido controlado. Bajó el ritmo y entró en 'modo avión'. No hubo peligro de que el Eibar amenazase siquiera con la remontada, aunque el equipo local lo intentó empuje y fe.

Fue en vano, porque no se atisban maneras de tumbar a este Barça implacable, capaz de rendir al máximo en los grandes escenarios, pero también en los campos más humildes. Comprometido consigo mismo, el Barça nunca deja de competir.  

Messi, también de penalti

Hubo tiempo, sin embargo, para otro detalle más del argentino: caracoleó en el área, rodeado por un par de rivales, y cuando quiso conectar con Suárez, Ramis interceptó el balón con la mano. El penalti lo transformó el propio Messi sin demasiadas dudas. Chutó suave y al centro, superando la caída de Riesgo para empezar a suavizar la maldición de los penaltis.

Con el partido definitivamente cerrado, Luis Enrique sorprendió refrescando al equipo con un triple cambio: se fueron Arda, Busquets y Piqué. Sergi Roberto entró para jugar de interior y Vermaelen y Bartra, para ejercer de centrales.

Mascherano pasó a jugar de pivote:apercibido de sanción, el argentino vio la quinta amarilla por una entrada a Sergi Enrich en la zona de medios, por lo que no jugará la próxima semana ante el Getafe. 

Suárez, peleado con el gol en los últimos tres partidos, se sacó la espina en Ipurúa. Lo hizo en la acción más complicada: donde no había nada, se fabricó un gol de empuje y lucha, adornado con un detalle maravilloso. Le hizo un túnel a Capa, protegió el balón con el cuerpo y chutó a gol ante la salida de Riesgo.

Fue la guinda a un partido muy serio del Barça: su rendimiento no admite dudas. No hay quien le detenga en su camino hacia el título de Liga. Ni siquiera cuando falta una pieza del tridente.