Los laterales deben recortar espacios a cristiano, bale y di maría

Así prepara el Tata el clásico

El argentino ya ha empezado a transmitir los conceptos que considera fundamentales para que los blancos no vuelvan a puntuar en el Camp Nou  

Jordi Gil

El Tata Martino se ha tomado esta semana como la más importante desde que llegó al Barça. Osasuna, Milan y Real Madrid componen la trilogía de partidos que le ha llevado a una preparación muy detenida que definió durante el parón por los compromisos internacionales. En el primero, en El Sadar, tuvo en cuenta el número de minutos para aplicar las rotaciones, pero los duelos ante los rossoneri y madridistas los ha encarado como dos finales. Frente al Milan salió bien a medias con el empate y ante el Madrid confía en dar un golpe de autoridad en la Liga. El partido ya tiene trazadas sus líneas maestras sobre el papel y los jugadores empiezan a asimilar las consignas del entrenador rosarino.

Para empezar, el equipo tiene claro que debe evitar a toda costa que el Real Madrid pueda jugar al contragolpe, el método utilizado para obtener buenos resultados en el Camp Nou en los últimos años. La manera de hacerlo es simple, aunque a veces no resulta tan fácil de plasmarla en el campo. El principio básico es acabar con determinación las jugadas cerca del área contraria. No importa si la posición no es la idónea para el remate y el balón pueda salir desviado. La ortodoxia pasa a un segundo plano. Hay que culminar la acción para volver a juntar las líneas ya que el Madrid sufre cuando debe atacar a un rival organizado.

Antes de llegar a las inmediaciones de Diego López, Los pases deben ser medidos y evitar frivolidades, sobre todo, en campo propio o en la zona de medios. Una pérdida puede ser letal y los errores cometidos contra el Milan le servirán de ejemplo al Tata para que no se repitan frente a los blancos.

Por ello, a nadie le debe extrañar si vuelve a ver como Víctor Valdés saca en largo o los zagueros buscan pases en profundidad. Este tipo de jugadas son estudiadas y no se trata de rifar el balón sin sentido, como a veces se ha apuntado. Si el rival te presiona arriba, como ocurrió ante el Rayo Vallecano, y existe riesgo de pérdida, la solución pactada es lanzar en largo y buscar a los extremos abiertos en banda, Alexis y Neymar, para que peleen el esférico y a partir de esta acción iniciar la segunda jugada ya en campo contrario. El equipo es consciente de que si el Real Madrid se hace con el balón en las cercanías del área de Valdés, su ataque con Cristiano o Di Maria en buena forma, sería prácticamente imparable.

Los balones en largo, eso sí, serán un recurso y no deben convertirse en una dinámica constante durante el partido. El Tata quiere que el equipo tenga el balón en el campo del Madrid y superar la teórica superioridad numérica que Carlo Ancelotti busque en el centro del campo con un presumible trivote formado por Khedira, Illarramendi y Modric.

Gerardo Martino considera su 4-3-3 innegociable, por lo que los extremos deberán convertirse en interiores, especialmente en defensa, para ganar centrocampistas. Alexis y Neymar serían los encargados de ocupar este rol, con la duda de si finalmente el argentino cambia de opinión y activa el plan que se vio en el último cuarto de hora en Milan con Cesc de falso extremo diestro, intercambiando posiciones con Messi. El papel del extremo derecho es fundamental para atacar a Marcelo, muy propenso a dejar huecos, pero también con un gran peligro incoroporándose en ataque.

En la partida de ajedrez que se espera para el clásico, Martino entiende que las bandas jugarán un papel primordial. El técnico quiere que sus jugadores recorten los espacios en los costados. Ya jueguen Bale, Di Maria o Cristiano, es básico que Alves y Adriano estén pegados al rival y, en todo caso, reciban rápidas ayudas para que los madridistas no puedan arrancar con facilidad.

El equipo debe ser agresivo y  no solo con el balón en juego, sino también en la estrategia, otro de los puntos fuertes del Real Madrid. La entrada de Puyol parece básica para compensar la superioridad física en el juego aéreo con jugadores como Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos. El capitán domina los balones por arriba y su presencia también añade un plus de intensidad al resto de compañeros. Puyol no permite que nadie se despiste, aunque el Tata quiere comprobar en los próximos entrenamientos cómo se ha recuperado el de La Pobla de los 90 minutos del pasado sábado y también desea ver la evolución de Gerard Piqué, cuyas molestias en el pubis requieren de un seguimiento detallado. Las bases están puestas y ahora el argentino debe acertar con los once elegidos para que su plan sea perfecto.