Arda se emborracha de goles en la Copa

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

La vuelta de los dieciseisavos de la Copa, normalmente, es un tostón de dimensiones considerables para un equipo que aspira cada temporada el triplete. Si la ida ha ido, valga la redundancia, como debía ir, la sensación de partido prescindible aumenta. El 1-1 en Alicante fue un argumento válido para dar fiesta al tridente y a Gerard Piqué. Aleix Vidal, Rakitic, Umtiti, Denis, Digne y compañía debían acabar el trabajo.

No es un encuentro fácil para nadie, aunque te juegues convencer a tu técnico de que mereces jugar más. No lo es porque, a tu alrededor, no están los titulares. Y jugar sin Messi es un hándicap para cualquiera. Pero no tocaba otra que apretar los dientes y jugar, que no deja de ser un privilegio hacerlo en el Camp Nou y con la camiseta del Barcelona. Eso lo sabe bien Mascherano, para el que no hay partidos menores.

El balón fue siempre culé, aunque costó darle velocidad ante un Hércules hercúleo al que Tevenet convenció de que había eliminatoria tras el empate en el Rico Pérez. Eso parecía durante la primera media hora, con un Barça demasiado horizontal y previsible. Digne fue, y eso lo dice todo con una delantera formada por Arda, Alcácer y Rafinha, que intentaba hacer de Messi, el más peligroso. Lo probó con un disparo alto antes de, a los 36 minutos, aprovechar un rechace tras un remate defectuoso de Rafinha para hacer el 1-0 y debutar como goleador con la camiseta blaugrana. El francés buscó el doblete en el último minuto con un cabezazo que se perdió por encima del travesaño.

Antes fue Rafinha quien condujo con autoridad un contragolpe con el que dejó a Arda en inmejorable posición para hacer el 2-0. El turco optó por recortar y provocar la pena máxima. Rakitic tomó la responsabilidad y batió a Iván Buigues por bajo. El 2-0 sentenció el primer tiempo, el encuentro y la eliminatoria. Punto, set y partido desde los once metros. La segunda mitad, un trámite absoluto. 

El objetivo era disfrutar. Lo hizo Arda protagonizando una gran jugada por la izquierda que acabó Rafinha enviando el balón a la red. 3-0. Tres goles y Paco Alcácer con su particular pelea con el gol. Una obsesión. Luego marcó el turco, de cabeza a pase de Aleix Vidal, que insiste en forzar a Luis Enrique a dar explicaciones por su ostracismo. Al Hércules, con el 4-0, solo le quedaba morir con honor, algo que hizo sobradamente ante un Barça cuyo objetivo durante la última media hora era buscar el gol de Alcácer. Y llegó.

Rafinha centró tras una jugada de Arda para que Alcácer se estrenara, de cabeza, en partido oficial. Marcó en fuera de juego, pero el gol subió al marcador. Su celebración fue la de alguien que necesitaba el tanto como el agua. También la de sus compañeros, gesticulando de forma similar a las muestras de felicidad del banquillo. Solo él sabe lo que le ha hecho sufrir la espera. Tras el 5-0 todos los deberes estaban hechos, pero el Barça insistió hasta lograr el sexto. Pudo ser de Alcácer, otra vez, pero su cabezazo lo paró Buigues y lo remachó Arda a gol. El ex del Valencia, ya liberado, solo sonrió. Volvió a probar desde la frontal del área y volvió a aparecer Iván Buigues. Habrá más partidos y, tras estrenarse, los encarará ya sin presiones. 

Arda Turan cerró la goleada con el golazo de la noche. Un disparo que se coló por la escuadra para poner la guinda a una actuación espectacular del turco, el mejor futbolista de su equipo, como pidiendo minutos a Luis Enrique asegurándole que él, en ataque, no solo da asistencias. También marca de tres en tres.