¡El árbitro se tragó un penalti!

Turienzo Álvarez obvió unas manos clarísimas de Raúl Rodríguez en el minuto 91 tras un remate de Pedro

Redacción

El partido agonizaba y el Barça exprimía sus últimas opciones de rescatar los tres puntos. Gerard Piqué se convirtió en extremo izquierdo para colocar un balón en el punto de penalti del área del Espanyol y allí apareció Pedro Rodríguez para rematar a bocajarro.

La jugada parecía gol porque la trayectoria del balón tenía un destino claro, la escuadra izquierda de la portería de Cristian Álvarez, pero la mano izquierda de Raúl Rodríguez, el lateral derecho del Espanyol, frustró la acción y dejó a la delantera del Barça con un palmo de narices, resignados los jugadores a protestar al árbitro una jugada evidente para todo el mundo... salvo para el colegiado castellano leonés Turienzo Álvarez, que volvió a firmar una actuación para olvidar, en una de sus noches más polémicas.

Uno de los protagonistas directos de la jugada, el defensa espanyolista, admitió después del partido que había tocado el balón con la mano. “Sí, son manos, no puedo salir aquí ahora y decir que no lo son porque las imágenes están ahí. Pero no son voluntarias”, dijo Raúl Rodríguez después del partido en un alarde de sinceridad que puso de manifiesto su honestidad.

Pedro, el autor del disparo, también explicó una versión similar. “El tiro salió muy rápido y parecía que había ido a la mano del defensa, es raro que no lo haya pitado”, explicó el canario en la zona mixta del estadio de Cornellà.

El técnico del Barça, Pep Guardiola, por su parte, fue fiel a su estilo habitual y prefirió no valorar la labor del árbitro y no subrayar cómo el árbitro perjudicó a su equipo en la última acción del encuentro.

DE RAUL A HIGUAIN

Muchos aficionados del Barça recordaron una jugada similar hace varias jornadas, cuando el Real Madrid visitó Mestalla: en la última jugada del partido, Higuaín impidió un gol desde el suelo y con la mano, con el 2-3 ya en el marcador. Aquel día, Teixeira Vitienes también se hizo el sueco y dejó la acción sin señalar.

Anoche, su colega Turienzo Álvarez no registró en el acta arbitral los gritos racistas que una parte de la grada dedicó a Dani Alves durante buena parte del partido, aunque sí constató que el espectador que lanzó una lata de bebida al campo fue debidamente identificado incluso antes del final del partido. “No me molesta, estoy pendiente del partido y no suelo escuchar esas cosas”, comentó el lateral brasileño sobre los gritos racistas.