El escalofrío de Andrés

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Andrés Iniesta se mostró emocionado con una renovación de por vida, de "confianza mútua" -subrayó- en la que no pudo evitar mirar atrás. Fue en esos momentos, cuando recordó su llegada con 12 años o la figura de su padre (presente en la primera fila), cuando reconoció sentir "un escalofrío". Cerca de él, un maniquí con su dorsal, su nombre, el brazalete y la coletilla de la jornada "per sempre" (para siempre). 

"Es increíble, soy una persona muy sentida", aseguró con la emoción a flor de piel, pero sin perder la compostura. "Detrás  de esta renovación hay muchísimos años, muchísimo sacrificio. Situaciones buenas, no tan buenas, me llena de orgullo. Mi intención es estar, pero no era para estar o para acompañar. Quiero estar en los sitios porque sumas, porque eres importante. Sentirme trascendente. A día de hoy me cuesta pensar en lo que mi cabeza pensará en mayo o en junio. Me veo jugando a fútbol, con las botas, no me gusta planificar a largo plazo", explicó. 

Afeitado, con un ligero bronceado, camisa negra y tejanos, Iniesta compareció de pie, con una puesta en escena más solemne de lo habitual. "Me siento raro", aseguró con media sonrisa. "Hace unos días se hablaba de otras cosas, pero siempre he tenido claro que mi amor por este club no casa nunca con la confrontación. Estaré aquí mientras mi cuerpo y mi mente me den para estar aquí. Mejor que aquí no puedo estar en ningún sitio", dijo.

También habló Bartomeu, que destacó las características especiales del acuerdo. "El Barça por primera vez le hace un contrato para toda la vida. Un acuerdo excepcional para un jugador que llegó con 12 años y lleva aquí toda la vida. Andrés ha traído el equilibrio en esta era ganadora desde 2003. Un acuerdo que se ha ganado, un referente para futuras generaciones. Fijaos en Andrés, no solo  por cómo juega, también por cómo es".

LAS DUDAS DE ANDRÉS

Lo reconoció Iniesta. Durante unos meses le estuvo dando vueltas. Tenía que valorar muchas cosas, en un momento clave de su carrera. Ahora que, reconoce con timidez, "ya lucha contra el tiempo". 

"Todo el mundo un poco sensato entiende que cualquier persona con 33 años en esta situación pueda valorar muchas cosas, porque son muchas situaciones y uno tiene que valorar lo que siente, cómo se ve, la ilusión que tiene por las cosas. No tuve la duda de no estar aquí", explicó.

Iniesta firmó un contrato único para un jugador especial. Un acuerdo que deja entrever un papel que irá más allá de su carrera futbolística. Él, sin embargo, insistió en la necesidad de mirar solo el presente, porque "la vida me ha demostrado que las cosas pueden cambiar en un día". 

Eso sí, de nuevo, la necesidad de sentirse importante -seguramente uno de los elementos más repetidos de su relato los últimos meses- volvía a estar muy presente en su visión del contrato. 

"El titular de por vida no significa que juegue dos partidos y esté por estar; no es mi pensamiento y seré el primero que, si no me veo con la fuerza o la importancia que he tenido siempre, no pasará nada y cambiaremos las ideas. El agradecimiento a día de hoy es brutal. Es una sensación casi indescriptible. Venir con 12 años y estar aquí con 33 y ver lo que ha ocurrido. Hablamos  de amor y de sentimiento hacia donde estás. Es cierto que el tiempo corren en mi contra, así que me prepararé para el futuro. Tengo claro que estaré vinculado al fútbol".

En su renovación, Valverde parece haber jugado un papel secundario, a sabiendas que el futbolista ya conocía su postura. La misma que había dejado clara públicamente. "Tenía que valorar  muchas cosas pero, salvo que me hubiera dicho lo contrario, sabía que no me iba a decir que no contaba conmigo".

Una frase que seguramente firmarían la mayoría de culés; más allá de lo futbolístico, la continuidad de Iniesta, contribuye a la identidad de un club cada vez más necesitado de referentes.