FC BARCELONA

Aleix Vidal, máxima fidelidad al Barça

Ha pasado casi medio año desde que fichó por el Barça y su ilusión por triunfar en el Camp Nou es lo que le mantiene a flote en una situación complicada a causa de la sanción de la FIFA, que no le permite ni siquiera jugar partidos amistosos

Aleix Vidal, entrenando con sus compañeros

Aleix Vidal, entrenando con sus compañeros / sport

EFE

Ya queda muy lejos el 8 de junio, el día de resaca tras la espectacular rúa por la conquista del triplete, cuando Aleix Vidal interrumpía su estreno en la concentración de la selección española en Las Rozas para ser presentado como nuevo jugador del FC Barcelona. Aleix estaba en la cresta de la ola: había ganado la Europa League como pieza clave de Unai Emery, su debut con España ante Costa Rica estaba al caer y había logrado un sueño que parecía imposible como era regresar al club donde solo pudo jugar una temporada cuando tenía once años. Prácticamente ha pasado medio año de entonces y su ilusión por vestir de nuevo los colores blaugana le han mantenido a flote en una situación de impotencia para cualquier futbolista profesional como es la de no poder ni tan siquiera jugar amistosos por la sanción de la FIFA.

Aleix, al igual que Arda Turan, sabía de antemano que hasta enero no le llegaría la oportunidad. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. El de Puigpelat frenó en seco cuando estaba a un nivel competitivo desmesurado. El primer revés fue cuando conoció al inicio del a gira americana que ni tan siquiera podría jugar las pachangas de Estados Unidos y que su lucha en solitario sería más dura de lo que pensaba. Un partido informal con el Barça B –la FIFA no permite nada más– fue su única aproximación a lo que tiene que ser un partido, más allá de los pequeños partidillos que prepara Luis Enrique.

Su fuerza mental jugó entonces un momento clave. Y más cuando tuvo por delante una puerta de salida para volver a disfrutar del fútbol competitivo. Las llamadas de otros clubs preguntando por su situación fueron constantes, pero un club europeo llegó a plantearle seriamente su cesión hasta el mes de enero con la opción de disputar la Champions League. Un caramelo muy apetecible y la opción más fácil habría sido la de aceptar para que su nombre volviera a sonar. Sin embargo, Aleix Vidal prefirió continuar en el anonimato de las sesiones a puerta cerrada de Sant Joan Despí. Sabía que Luis Enrique prefería que continuara en la dinámica del equipo, con sus compañeros, y él tuvo muy claro que su compromiso era con el Barça. En junio había dado su palabra para estar siete meses sin jugar y no lo iba a alterar. Hasta entonces le tocaba trabajar fuerte en cada entrenamiento y no quería distraerse pensando en otros equipos. Su implicación con el Barça era absoluta.

Aleix ha tenido que hacer un esfuerzo mucho más mental que físico en estos meses para no bajar los brazos. Su objetivo ha sido el de motivarse cada día como si un entrenamiento fuera un partido. Un espíritu que encanta a Luis Enrique y a su staff, que le han arropado y animado para que no se sintiera desplazado. A nivel físico no ha tenido problemas por su constitución atlética. Es un privilegiado para el deporte, está fibrado por naturaleza y el punto de rapidez, una de sus grandes virtudes, lo mantiene fácilmente.

El entorno familiar también le ha ayudado. Aleix se decantó por vivir en la misma ciudad de Barcelona, aunque había mirado otras opciones costeras, y lleva una vida muy tranquila junto a su mujer y su hija. El orden predomina en su rutina, consciente de que debe cuidarse al máximo ya que no tiene el comodín de los partidos para quemar energías. Debe esforzarse tanto en las sesiones sobre el campo como en los entrenamientos invisibles, que consisten en descansar las horas que tocan y cuidar la alimentación cuando tiene tiempo libre.

En el vestuario tampoco ha tenido problemas. Al contrario. “Es un chico sencillo que habla y se lleva bien con todo el mundo”, comentan en la caseta sobre el tarraconense. Aleix conocía a Jordi Alba de su etapa conjunta en el Infantil B del Barça y en apenas una semana en la selección en junio congenió con otros futbolistas como Marc Bartra o Andrés Iniesta. El capitán está resultando una figura de gran importancia tanto para Aleix como para Arda Turan, ya que está muy pendiente de que su integración sea positiva. Algo que en ambos casos ha fructificado.

Aleix nunca ha tenido problemas en ningún vestuario de los que ha estado. Tiene un carácter afable y no es de los que se encierra en un solo grupo. Habla con todos y genera buen rollo. A nivel futbolístico deberá adaptarse al papel que le corresponda. Fue fichado como lateral derecho cuando Dani Alves tenía un pie y medio fuera del club. Ahora sigue Alves, Sergi Roberto ha explotado también de lateral y todavía esta Douglas.

uis Enrique, sin embargo, sabe que las prestaciones de Aleix van mucho más allá de ejercer de carrilero. En el Sevilla brilló de extremo derecho y en el Almería se hizo jugador de élite como extremo izquierdo. Una polivalencia que en el vestuario recuerda a la del mejor Adriano, un rol que puede cubrir el de Puigpelat ante la pérdida de protagonismo del brasileño, y en enero puede ser un fichaje que valga por tres: lateral, extremo derecho y extremo zurdo, el sueño de todo entrenador.