Avala el trabajo de Valverde

Aduriz, el plan B de Tito Vilanova, en la cumbre a los 33

Aduriz será el gran peligro del Athletic como lo demuestra su gran momento de juego y su racha goleadora 

Javier Giraldo

Henrik Larsson llegó al Barça en el verano de 2004, cuando estaba a punto de cumplir los 33 años, la edad con la que otro delantero centro nato, donostiarra formado en Lezama, está firmando la mejor temporada de su carrera deportiva. Aritz Aduriz no solo es el delantero más en forma del campeonato (9 goles en el último mes y medio), también es el jugador español con más goles, con 15, la mejor marca de su carrera. Marcó el primer hat trick de su vida esta temporada, ante el Granada, y el domingo visita el Camp Nou dispuesto a seguir en racha.

Por sus números, pero también por su carácter -altamente competitivo en el campo, pero reservado cuando se viste de paisano- y por su capacidad de adaptación a cualquier tipo de circunstancias, Tito Vilanova quiso incorporarlo al Barça en verano de 2012, cuando Aduriz dejó el Valencia para volver al Athletic. El técnico blaugrana le daba vueltas a la posibilidad de incorporar a un delantero centro puro como alternativa para los partidos especialmente atascados, y el vasco cumplía perfectamente el perfil que necesitaba la plantilla blaugrana: un jugador con recursos, dispuesto a no ser titular habitual y con ganas de comerse el mundo. Una especie de Larsson, pero en versión nacional, con experiencia en Primera, rápido y buen cabeceador. "Me llegó a través de la prensa, pero no se concretó nada... Y ahora mismo no tendría sentido hablar de oportunidad perdida o de hipótesis, porque además, mi sueño siempre ha sido jugar en el Athletic", confiesa a SPORT. Hoy será el gran peligro del Athletic en el Camp Nou, ante un Barça casi en derribo. "Vienen de una semana mala, pero aún tienen opciones en la Liga y siguen siendo un equipo increíble".

Ahora 'Adu', el grito de guerra que le dedica el Nuevo San Mamés, ejerce de líder en un vestuario que camina hacia la Champions. No en vano es el único futbolista del Athletic que tiene experiencia en la Liga de Campeones, en las dos temporadas que pasó en el Valencia: aquello parecía el techo de su carrera, pero se resistió a vivir a la sombra de Soldado y Jonas y volvió a Bilbao. En 2012, mientras Tito se planteaba su fichaje, Aduriz se fue al Athletic a cambio de 2,5 millones de euros. Bielsa iniciaba su segundo año en San Mamés, con unos jugadores ya cansados de su discurso, mal escenario para llegar al equipo. Además, el donostiarra quedó marcado por una acción muy puntual, el codazo que le propinó a Marc Valiente en el partido ante el Valladolid, una jugada que le situó en el ojo del huracán. No solo por la lesión de Valiente, una fractura en la mandíbula, sino porque se le acusó de violento y de no saber controlar su temperamento en el campo.

Este año, Valverde le ha pedido que atempere sus impulsos y que no proteste tanto a los árbitros: "lo he hablado con él y es verdad que hay momentos en los que toca calmarse y aguantarse, pero soy un jugador de sangre caliente y cuando en el campo veo una injusticia, me cuesta contenerme". Así que ya no busca tanto el cuerpo a cuerpo, aunque de la actual plantilla de los leones, nadie ha sufrido tantas expulsiones como él. Ahora celebra los goles con el gesto del chupete, por el nacimiento de su hija Iara, el verano pasado, y disfruta del día a día con un entrenador que sigue apareciendo en las quinielas del Barça para el año que viene. "Está demostrando el nivel que tiene como entrenador, trabajar con él es una gozada", confiesa Aduriz.