FC BARCELONA

Adriano: el declive de un brasileño poco corriente

Adriano fue perdiendo protagonismo en el Barça hasta caer en el ostracismo. Problemas físicos y cierto conformismo penalizaron la última etapa en el Barça de un jugador muy polivalente y valorado en el vestuario

Adriano, en una sesión con el equipo

Adriano, en una sesión con el equipo / sport

Dídac Peyret

Adriano llegó al Barcelona el verano del 2010 avalado por Guardiola. El propio técnico con sus palabras vaticinó con acierto el papel que tendría el futbolista en el equipo. El brasileño fue fichado por su "versatilidad", pero el propio técnico reconoció ese día que llegaba un futbolista que necesitaba una preparación especial por su tendencia a romperse. 

El ex jugador del Sevilla se había convertido en un jugador importante en el conjunto andaluz. Un lateral clásico en el librito de Monchi: defensa con perfil ofensivo, de ida y vuelta, y actividad constante. 

Cualidades, estas, que buscaba el Barcelona y que encontró el conjunto azulgrana con Adriano, sobre todo en la Era Guardiola. Su carácter, además, encajaba en lo que se buscaba por aquel entonces. Un jugador capaz de aceptar un rol secundario pero sin agriar el vestuario. Un futbolista con una polivalencia que supo explotar Guardiola.

En sus seis años como barcelonista ha ocupado un gran número de posiciones en todas las líneas. Ha jugado en los dos laterales (incluso ha jugado un clásico como central), ha sido interior y ha cumplido como delantero

Este rol de comodín lo ha asumido con naturalidad, a sabiendas que no competía con futbolistas como Alves o Jordi Alba, jugadores referenciales del equipo. Más aún con sus recurrentes lesiones musculares. Una situación que terminó afectando su confianza y que le hizo tratar de buscar soluciones. 

Una de ellas, recurrir a la figura del coach. "Me ayudó mucho cuando sufrí las lesiones. Me sirvió para encontrar un equilibrio en el campo, en las acciones, en los entrenamientos. Esto me hizo más fuerte". Desgraciadamente cuando encontró esta estabilidad apareció un contratiempo inesperado: unos problemas cardíacos que pusieron patas arriba su carrera. "Tenía dudas con el día a día. De cómo me iba sentir al volver. Pero, gracias a Dios, he conseguido pasar esta etapa y salir más fuerte psicológicamente", reconoció tras regresar a la normalidad. 

Un brasileño atípico

Adriano se aleja del prototipo de futbolista brasileño ligado a los excesos, emparentado con el cliché de la samba, y de aspecto cambiante, siempre dispuesto a ser el centro de los focos. Se siente cómodo en un segundo plano y ni siquiera en esta última temporada, en la que solo participó en 18 encuentros pareció inquietarle. 

Esta adaptabilidad del futbolista, a la que algunos llamarán conformismo, también ha penalizado al jugador que ha ido perdiendo protagonismo hasta caer de la rotación de Luis Enrique.  

Adriano se irá con 16 títulos rumbo al Besiktas y en el invierno de su carrera. Con 31 años y encantado de haber participado del mejor Barça de la historia. Algunos criticarán su falta de ambición en los últimos tiempos, donde ha preferido seguir en el Barça a pesar de contar muy poco, pero el brasileño ha vivido a su manera.

 “En Curitiba somos tranquilos. Yo soy lo que soy, pero no me cambio para nadie. Yo ando siempre paso a paso. No doy nunca un paso más largo. Me gusta sonreír, vivir bien y disfrutar de todo porque esto se pasa rápido”.