Catar, 26 - Alemania, 24

Saric lleva a Catar a 'semis' del Mundial de balonmano

La selección catarí de balonmano, que dirige Valero Rivera, hizo historia al convertirse en el primer equipo asiático en alcanzar las semifinales de un Mundial, tras vencer por 26-24 a Alemania, en un duelo que el portero Danjel Saric decantó para los locales

Catar ganó a Alemania

Catar ganó a Alemania en un duelo muy igualado / sport

EFE

Un resultado que ratifica la estadística que asegura que el conjunto anfitrión ha llegado en los últimos cinco mundiales, al menos, a unas semifinales, en las que Catar se medirá el próximo sábado con Polonia, que hoy sorprendió por 24-22 a Croacia.

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Mundial de balonmano / Cuartos de final

26
24
Alineaciones
Catar
Saric; Memisevic (3), Roine (1), Mabrouk (1), Capote (8), Benali (3) y Hassab Alla (-) -equipo inicial- Stojanovic (ps), Markovic (6, 2p), Al-Karbi (-), Fernández (4), Damjanovic (-), Mallash (-), Madadi (-), Hamdoon (-) y Zakkar (-)
Alemania
Lichtlein; Groetzki (4), Weinhold (3), Strobel (3), Drux (3), Gensheimer (5, 1p) y Wiencek (3) -equipo inicial- Heinevetter (ps), Kneer (-), Sellin (-), Pekeler (2), Schmidt (-), Kraus (1), Muller (-), Schongarth (-) y Musche (-)

Un logro inimaginable sin la presencia en el banquillo del español Valero Rivera, el técnico que llevó a España hace dos años a su segunda corona mundial, y que ha dotado a Catar del rigor táctico y sobre todo de la competitividad necesaria para pelear por los gigantes europeos.

Trabajo que se refleja especialmente en la parcela defensiva, donde Catar recuerda en ocasiones al equipo español con su movilidad, constantes ayudas y permanentes salidas a los laterales rivales, eso sí, con un punto de dureza del que carece la selección española.

Una defensa que se convirtió por momentos en un problema irresoluble para el conjunto alemán, al que ni Martin Strobel, primero, ni posteriormente Michael Kraus, lograron dotar de la fluidez ofensiva necesaria para hacer llegar el balón a sus efectivos extremos.

Circunstancia que unida al buen hacer de los anfitriones en ataque, donde destacó la figura de pivote de origen español Borja Fernández, que cerró el primer tiempo con cuatro goles, permitió a Catar lograr una renta de hasta siete tantos (16-9) en el marcador.

Una distancia que sólo la precipitación de los cataríes en los minutos finales de la primera mitad permitió recortar a una incrédula Alemania, que se marchó al descanso con una desventaja de cuatro tantos (18-14).

Receso que no pudo sentar mejor al conjunto germano, que en el arranque de la reanudación comenzó a recordar al equipo, que tan buenas sensaciones había dejado hasta el momento en este Mundial, con su juego de defensa y contragolpe.

Las armas que permitieron a los del islandés Dagur Sigursson situarse a tan sólo un gol (20-19) en el tanteador, apenas cumplidos nueve minutos del segundo tiempo.

Un momento clave conocer la auténtica madurez del conjunto catarí, un equipo que antes de la llegada, apenas hace año y medio, de Valero Rivera contaba sus enfrentamientos con los rivales europeos por severas goleadas.

Madurez que se encargan de aportar a los anfitriones jugadores como los nacionalizados Rafael Capote, de origen cubano, y autor de ocho goles, o el portero Danjel Saric, nacido en Bosnia, que una vez más fue determinante en los minutos finales.

Saric, que tuvo que sentarse unos minutos al comienzo del segundo período incapaz de atajar los lanzamientos alemanes, regresó a la pista en el cuarto de hora final para llevar a Catar a su primera final mundialista con una soberbia actuación.

Siete paradas, a cada cual más importante, en especial las dos últimas, dos balones imposibles que sacó al extremo alemán Patrick Groetzki, uno de ellos en un contragolpe, permitieron a Catar sellar un triunfo (26-24) que vale un billete para las semifinales.