Estalla la crisis total en el Barça de baloncesto

Bartzokas

Bartzokas impulsó la multa económica a la plantilla del Barça / EFE

Maite Antón

Maite Antón

La multa económica impuesta a la plantilla del FC Barcelona por su bajo rendimiento representa la mejor evidencia de la crisis interna que vive la sección de baloncesto.Un hecho inédito impulsado por el técnico Giorgios Bartzokas, quien también se incluyó en este castigo, que, más allá de ser un gesto para asumir la culpabilidad por los malos resultados, busca ser un posible estímulo para hacer reaccionar al equipo. 

Lo consiga o no, la realidad es que el Barça vive uno de sus momentos más delicados en la historia de la sección. Más allá de la dinámica negativa del conjunto barcelonista, la ausencia de un proyecto, como consecuencia de la pésima planificación que se arrastra desde el pasado, es la peor condena que sufre el FC Barcelona junto a la enorme desilusión que invade las gradas del Palau Blaugrana.

EMPIEZA LA PESADILLA

Una pesadilla que empezó en plena verbena de San Juan del año pasado. Tras una nueva temporada en blanco, Joan Creus anunció su adiós y cinco días después se comunicó la destitución de Xavi Pascual

Era el fin de un binomio que durante muchos años fue sinónimo de títulos, con un legado final de 19 cetros, pero que hacía ya un par de temporadas que había dejado de funcionar asistiendo al inicio del reinado del Real Madrid. Para generar una dosis necesaria de optimismo, Albert Soler, director de deportes profesionales del Barça, prometió un cambio de modelo que a día de hoy no existe ni por asomo.

fichaje de bartzokas

Bartzokas fue el elegido por Rodrigo De la Fuente, quien había llegado al Barça en octubre de 2015 para comandar la transición de una etapa a otra, junto a las incorporaciones de Tyrese Rice, Petteri Koponen y Víctor Claver. 

Además de moverse tarde en el mercado de fichajes, los primeros contratiempos llegaron con las ‘fugas’ de Tomas Satoransky y Álex Abrines a la NBA, que condicionaron la confección de la plantilla para esta temporada, así como también lo hicieron las renovaciones en la etapa anterior de Tomic, Doellman y Oleson y la posterior y sorprendente de Dorsey, que dieron como resultado un equipo que no estaba diseñado para Bartzokas. Además, cabe recordar que Lawal tenía una lesión de larga duración.

mal inicio de la temporada

El Barça no empezó con buen pie la temporada. El primer preludio fue el desafortunado accidente que sufrió Koponen cuando iba en un taxi y luego continuó con la derrota en la final de la Supercopa ante el Herbalife Gran Canaria y la grave lesión de Pau Ribas, KO durante nueve meses. 

Fue el inicio de una lista de lesiones que se convertiría a lo largo de la presente temporada en una auténtica plaga: Rice, Navarro, Doellman, Oleson, Perperoglou, Claver y Renfroe. Solo Tomic y Vezenkov se han librado. Numerosos contratiempos físicos que propiciaron la llegada de nuevos fichajes que han sido ante todo ‘parches’ ante su perfil bajo: Holmes, Renfroe, Faverani, el regreso de Diagné, y Munford. Ninguno ilusionante ni con capacidad para ser un revulsivo.

'RICEDEPENDENCIA'

Como resultado de ambas situaciones, el Barça derivó en una ‘Ricedependencia’ que sacó a relucir las carencias del equipo, sobre todo en una Euroliga que esta temporada exigía más que nunca con un nuevo formato con una larga fase regular de 30 partidos. 

Al Barça se le empezaron a atragantar los partidos lejos del Palau, mostrando su peor versión: anotando una media de solo 70 puntos, con graves problemas en el rebote y las pérdidas, sin fluidez en la circulación de balón ni en la generación de juego, y con una falta alarmante de carácter y referentes, sobre todo en los finales de partido en los que los azulgranas no creen en sus posibilidades y ponen en bandeja el triunfo a sus rivales.

PESIMOS NÚMEROS

¿Resultado? 13 derrotas en 21 partidos, encadenando ocho tropiezos consecutivos fuera de casa en Europa, y prácticamente con pocas opciones de meterse en el play-off de cuartos. En el global de todas las competiciones, el Barça ha perdido un total de 18 encuentros entre Europa y la Liga Endesa por 21 triunfos, lo que resume el peor momento del equipo en muchos años. Una de las derrotas que más daño hicieron fue la paliza histórica en el Palau ante el Real Madrid por 39 puntos, una humillación que dejó muy tocada a la plantilla.

NO HAY LÍDER

La falta de referentes y de liderazgo ha sacado de quicio a los aficionados culés. Bartzokas, quien asumió parte de culpa aunque tiene el apoyo total de la directiva, no logra hacer reaccionar a sus jugadores y su última carta ha sido la multa económica.

Rice ha intentado tirar del carro de los suyos, pero acusa su desgaste físico y en otras ocasiones su individualidad. A sus 36 años, Navarro ya no es tan decisivo y el debate sobre su futuro está muy presente. Venzekov es de los pocos que se salva y sí ha mostrado su orgullo. La poca sangre de jugadores como Tomic y Doellman, la pobre aportación del siempre cuestionado Claver, el despropósito protagonizado por Dorsey tanto dentro como fuera de la pista,y el resultado discreto de los nuevos fichajes ha enervado a los culés, quienes, ante todo, señalan a los responsables de la sección hasta el punto de cuestionar si importa la sección de baloncesto. 

La filtración de la sanción a la plantilla es el último episodio de una temporada para olvidar.

DIRECTIVOS RESPONSABLES

Directivos de peso del pasado como Salvador Alemany hacen mucha sombra a unos actuales responsables, encabezados por Joan Bladé, directivo responsable de la sección de baloncesto, y del ejecutivo Joan Carles Raventós, director de las secciones deportivas, que tienen una gran responsabilidad de este desastre. ¿Está el enemigo en casa? A Soler hay que preguntarle a qué se refería con ese cambio de modelo, visto que la apuesta por jugadores de la casa sigue siendo nula, y a Bartomeu, un hombre de baloncesto,el porqué no se ha implicado más con la sección.

Un panorama desalentador que ha derivado no solo en una crisis de resultados, sino ante todo de identidad. Nadie reconoce a este Barça, nadie se identifica con los jugadores, nadie piensa que esta temporada se pueda ganar un título. Y en el baloncesto, como en la vida, lo peor es no tener una ilusión y caer en la indiferencia. Este viernes visita el Palau el colista de la Euroliga, el Galatasaray, en lo que será toda una reválida para el equipo ante su afición. Una victoria contundente calmaría los ánimos, una derrota haría estallar el Palau.