BALONCESTO

El Barça se impregna de la 'filosofía Bartzokas'

Georgios Bartzokas empieza a inculcar ese método en el que tanto cree y que tan buenos resultados le ha dado

Bartzokas

Bartzokas posa en su nueva casa, el Palau Blaugrana / sport

Maite Antón

Georgios Bartzokas comenzó el lunes una nueva vida. En el Palau. El griego, de 51 años, afronta la atractiva y vertiginosa misión de devolver al Barça Lassa a la senda de los triunfos, más bien dicho de los títulos. Viene avalado por un método que ha dado sus resultados: campeón de la Euroliga con el Olympiacos en el 2013 y este año guió al Lokomotiv Kuban a la primera Final Four de su historia. Triunfar en el club blaugrana es ahora su desafío.     

¿Por qué fue el elegido por el club blaugrana?

Tras dos años sin ganar títulos, el Barça tenía claro que debía apostar por un entrenador de prestigio, acostumbrado a entrenar equipos y jugadores importantes y que, sobre todo, hubiera tenido éxito al máximo nivel. Premisa que cumplía Georgios Bartzokas. Otro punto importante fue que es un entrenador que gusta a los jugadores, que ven con muy buenos ojos estar a sus órdenes. Es el caso de Tyrese Rice. Que Bartzokas fuera el elegido para el banquillo blaugrana ayudó al fichaje del base estadounidense. No en vano, el heleno es un técnico que ‘congenia’ con los bases americanos, a quienes sabe sacar mucho provecho para el éxito del equipo. Uno de los factores que agradó a la secretaría técnica del FC Barcelona a la hora de apostar por el fichaje de Bartzokas fue el hecho que sea un técnico que sabe adaptarse a las plantillas que tiene. No es un entrenador ‘cuadriculado’, sino que sabe ajustarse a las características de sus jugadores. Eso sí, le gusta la polivalencia, los hombres versátiles que puedan jugar en dos posiciones o defenderlas. 

un buen gestor de egos; un técnico justo

Una de las grandes virtudes de Bartzokas como entrenador es su capacidad para gestionar un vestuario con estrellas, diferentes personalidades y caracteres complicados. Si por algo destaca es por ser un buen gestor de egos, requisito fundamental para conseguir crear química en el grupo. Hizo su particular ‘master’ al respecto en su primer año en el Olympiacos, cuando tuvo algunas ‘discusiones tácticas’ con Vassilis Spanoulis a raíz del estilo de juego que quería imponer que contrastaba con el que venía jugando el equipo del Pireo, aunque luego supo reconducir la situación y se ganó el respeto de la plantilla. ¿Las razones? Es un técnico serio, estricto, justo, que no otorga privilegios a las ‘estrellas’ del equipo. Se comporta igual con todos sus jugadores. Es exigente, aprieta en los tiempos muertos y ante todo sabe mandar, y eso los jugadores lo tienen muy claro. 

Rigurosidad en ataque con vocación de correr

Bartzokas prometió en su presentación que el nuevo Barça haría un baloncesto atractivo. Si bien sus equipos siempre se han caracterizado por la defensa, en ataque apuesta por posesiones largas y trabajadas aunque sin perder nunca la vocación de correr y jugar al contraataque. Le gusta tener un jugador con una clara capacidad ofensiva y un liderazgo que le permitan romper los partidos, rol que cumplía Malcolm Delaney el año pasado y que ahora está destinado a Rice. Otro aspecto importante para Bartzokas: tener buenos tiradores en el perímetro y conseguir buenos porcentajes desde los 6,75 metros. En sus anteriores equipos acostumbraba a jugar con cuatro jugadores abiertos, le gustan los pívots móviles con amenaza exterior. Printezis, Hines, Randolph... este tipo de jugadores siempre han sido clave en sus esquemas. En Can Barça cuenta con dos ‘centers’ puros como son el croata Ante Tomic y el estadounidense Joey Dorsey, veremos cómo se adaptan a su estilo de juego.

Una obsesión: máxima seriedad en defensa

La defensa es la principal ‘obsesión’ de Bartozkas. Lo fue en el Olympiacos, en el Lokomotiv Kuban -equipo que se erigió en la mejor defensa de la Euroliga la temporada pasada- y lo será ahora en el Barça. Sus equipos son muy serios atrás, buscando siempre el control del partido desde la defensa y el rebote, y luchadores hasta la extenuación como demostró el Olympiacos en esa mítica final de la Euroliga ante el Madrid en 2013. Es muy exigente en ese aspecto, y es que siempre pide a sus jugadores que no se rindan nunca. Apuesta sobre todo por una defensa individual dura, de contacto, agresiva y con constantes cambios. ¿Recuerdan la intensidad de Randolph, Singleton o Claver en el fatídico play-off de cuartos del curso pasado? Pues eso. Su petición expresa de traer a Víctor, por ejemplo, responde a ese perfil de jugador que haga el ‘trabajo sucio’ atrás, de desgaste, un todo terreno que además pueda defender dos posiciones distintas, como en su caso a aleros y ala-pívots. La defensa es su principal seña de identidad.