SUPERCOPA ENDESA/ANÁLISIS

El Barça Lassa aún busca su verdadera identidad

El Barça Lassa ofreció dos caras diametralmente opuestas en Vitoria lo que evidenció que aún queda mucho camino por recorrer en la contrucción del equipo

Bartzokas, en un tiempo muerto durante la pretemporada

Bartzokas, en un tiempo muerto durante la pretemporada / sport

Xavi Martínez Olivar

La Supercopa Endesa, la competición que da el pistoletazo de salida a una temporada donde aguardan los verdaderos retos como la Copa del Rey, la Liga y la Euroliga, dejó una sensación desconcertante por lo que al Barça Lassa se refiere. Ofreció su mejor cara ante el Real Madrid y 24 horas después una versión diametralmente opuesta tanto a nivel de juego como -es lógico- en el aspecto físico que pesó y mucho. Un compendio de factores que le costó una clara derrota y el título.

El nuevo proyecto de Bartzokas nos permitió comprobar lo que puede llegar a este equipo y lo que no debe ser sin restarle, eso sí, ni un ápice de valor al histórico y merecido título logrado por el Gran Canaria. Diversos factores, entre ellos la consistencia física, pueden ayudar a entender el momento en el que se mueve el conjunto del Palau a día de hoy cuando encaramos la recta final del mes de septiembre.

1- Falta aún de asimilación global de la nueva filosofía

No debe sonar a justificación. Es la realidad. Tras ocho temporadas y media con Xavi Pascual en el banquillo, Georgios Bartzokas lleva apenas unas semanas ejerciendo de facto. El entrenador heleno tiene su visión del basket y su filosofía personal e intransferible; una defensa sólida y solidaria y un ataque dinámico y creativo. La plantilla, tanto los que están como los que han llegado, deben interiorizarlas y hacer suyos los automatismos para desplegar el juego que el técnico pretende. Y eso no es cuestión de un día pese a que en un club con el Barça y tal como está el calendario, ese crecimiento se haya de hacer compitiendo al máximo nivel. Un difícil equilibrio, Y Bartzokas no ha tenido aún el tiempo suficiente para conjuntar el bloque que destile las señas claras de identidad que pretende, máxime porque apenas ha podido entrenar con todos los jugadores al completo.Es lo que tienen los torneos de selecciones en verano.

2- La mala racha de percances físicos

En este sentido, el verano ha resultado nefasto.Shane Lawal cayó gravemente lesionado en los Juegos de Río primero. Más recientemente Petteri Koponen fue víctima de un accidente de tráfico que le produjo un traumatismo craneoencefálico y a día de hoy su retorno a la actividad deportiva es una incógnita y Joey Dorsey no es el mismo desde la lesión en un pie que sufrió en la recta final de la pasada temporada. Y por si fuera poco, esta Supercopa ha dejado también dos malas noticias en este aspecto. Tyrese Rice sufre un golpe en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda y Pau Ribas problemas en los abductores. Este lunes se sabrá el alcance de sus lesiones pero lo cierto es que la nómina no deja peligrosamente de crecer.Y así es complicado que el equipo progrese adecuadamente.

3. Los déficits en la plantilla

Es una evidencia palmaria. El tener trece jugadores con contrato para esta temporada, amén del despido del anterior técnico, condicionó en verano los movimientos para construir el nuevo proyecto. El entrenador entrante (más el despido del anterior), echar a Samuels y fichar a Rice, Koponen y Claver obligó a satisfacer rescisiones de contrato y la economía de la sección tiene sus límites. Es innegable, y más con el problema de <strong>Koponen</strong>, que el Barça necesita un nuevo base que ayude en la rotación porque caer en la 'Ricedependencia' sería muy peligroso.

Por fuera se intentó en su día traer a un alero como Adam Hanga, pero la operación no fructificó. Y es público que el club busca desde hace tiempo un interior en el mercado que equilibre el hecho de que el fuerte de Tomic es producir en ataque y no tanto la contundencia en defensa y que a Dorsey le sucede exactamente lo contrario. A estas alturas, ampliar la nómina con jugadores del nivel Barça se antoja complicada. Pero en el club están dispuestos a mover ficha.

4. Repartir roles es cuestión de paciencia y tiempo

Al margen de que vengan caras nuevas o no, la plantilla es la que es a dia de hoy. Y tan importante como asumir la filosofía y estilo de juego, es que los jugadores asuman el reparto de roles que, con el paso de los días, Bartzokas –que ya ha dejado intuir algunas pinceladas- distribuirá entre cada uno de los integrantes del colectivo. Y cada jugador acabará ofreciendo lo mejor de sí mismo cuando asuma el papel que le toca desarrollar en el engranaje. Estar preparado para desempeñar a pleno rendimiento su función en el momento que le toque.

Como demostró en el LokomotivBartzokas gusta de tener un núcleo muy concreto de jugadores sobre los que gravita el equipo. y a partir de aquí –lesiones al margen- repartir las responsabilidades en función del estilo de partido que se afronte en cada momento. Vaya, que todos los jugadores sean capaces de sumar para la causa cuando se les necesite. Y esa tarea pedagógica de que el colectivo comprenda que cada uno deberá tener un determinado estatus no es fácil ni rápida. Completarla a plena satisfacción es la clave para que una plantilla supere las dificultades y pueda lograr los objetivos que tiene marcados.