La holandesa Dafne Schippers, una atleta de raza blanca ganó los 200 metros en el Mundial de Pekín

Las atletas de raza blanca también saben correr. Y, por difícil que parezca, incluso son capaces de derrotar a las gacelas negras. Una holandesa, <strong>Dafne Schippers</strong>, lo demostró este viernes en la séptima jornada del Campeonato del Mundo de Pekín. Schippers, un tanque, un rodillo desatado que consume los metros como si fuera una apisonadora, impuso la ley del más fuerte en la final de los 200 metros, una prueba qiue parecía reservada para las velocistas negras. Su tiempo también de excepción: 21.63, nuevo nuevo de los campeonatos, mejor marca mundial del año y récord de Europa de la especialidad. Schippers pasó por encima de las jamaicanas Elaine Thompson (21.66) y Veronica Campbell-Brown (21.97).

La velocista holandesa ya envió un mensaje claro y diáfano en la final de los 100 metros. Solo una atleta llegó por delante, la inalcanzable Shelly Ann Fraser-Pryce Su nombre cobró fuerza en las apuestas. Hoy, la gran esperanza blanca las pasó magras en la curva y parecía alejada de cualquier esperanza de podio pero en la recta puso el turbo en funcionamiento y comenzó a 'comerse' una a una a sus rivales, impotentes ante semejante fuerza de la naturaleza.

Schippers, campeona de Europa el año pasado de 100 y 200 metros, se benefició de la ausencia de la gran dominadora de la distancia, la estadounidense Allyson Felix, tres veces campeona del mundo,que en estos Mundiales ha lidiado en los 400 metros, prueba en la que ganó la medalla de oro y de la renuncia de la jamaicana Shelly-Ann Fraser, defensora del título, lo que le dejó el camino libre hacia el oro.

La holandesa ya fue medallista de bronce en los Mundiales de Moscú 2013 pero, en aquella ocasión, en heptatlón. Hoy se ha consagrado con el primer título que conquista una atleta de raza blanca desde el oro de la rusa Anastasiya Kapachinskaya hace doce años en París.

La final femenina de salto de longitud fue de infarto. La estadounidense <strong>Tianna Bartoletta</strong>, que ya se proclamó campeona mundial en 2005 como Tianna Madison, recuperó el título diez años después gracias a un último salto, de 7,14 metros, que relegó al segundo lugar a la británica Shara Proctor (7,07), hasta ese momento primera. Bartoletta es una experta relevista en 4x100 (oro con Estados Unidos en la final olímpica de Londres 2012) que está a punto de cumplir los 30 años.

La serbia Ana Spanovic, que llegó a los Mundiales de Pekín con una marca de 6,88 metros en longitud, regresará a casa con un récord nacional de 7,01 y la medalla de bronce.

En una jornada plagada de sorpresas, el ruso <strong>Sergey Shubenkov</strong>, doble campeón de Europa de 110 metros vallas, refrendó en Pekín su fama de gran competidor en la final de los Mundiales y, con un nuevo récord nacional (12.98), se convirtió en el primer atleta blanco que consigue la medalla de oro en un Mundial.

El ruso partió rapidísimo (139 milésimas) y tuvo fuerzas para recuperar, centímetro a centímetro, la diferencia que le sacaban el jamaicano Hansle Parchment y el estadounidense <strong>Aries Merritt</strong>, y batirlos sobre la misma línea de meta. Parchment acreditó 13.03 y Merritt en 13.04, mientras que el campeón anterior, el estadounidense David Oliver, llegó séptimo y penúltimo con 13.33. Se 'comió' prácticamente todas las vallas. Por cierto, Merritt viajará inmendiatamente a su país, los Estados Unidos, para someterse a un trasplante de riñón después de que en 2013 le fuera diagnosticada una grave afección renal. Sus riñones solo le funcionan al 20 por ciento. La donante será su propia hermana.

En la última final del día, la que ponía el broche a la jornada, una 'teenager', la joven jamaicana Daniele Williams (22)  sorprendió en los 100 metros vallas con la mejor marca de su vida (12.57), batiendo por dos centésimas a la alemana Cinci Roleder, que corría a su derecha por la calle ocho.

El plusmarquista mundial de decatlón, el estadounidense Ashton Eaton, manda al término del primer día  con 4.703.