ALEMANIA

El legado de Guardiola

Tan imposible es cuantificar un legado como injusto decir que no deja nada en Múnich. En fútbol no hay nada más complicado que volver a ganar después de haberlo ganado todo y de su mano el Bayern siguió haciéndolo

Pep Guardiola

Pep Guardiola / sport

Juanma Romero

Solo el PSV de Hiddink (87-89) y el reciente Barça de Luis Enrique (2014-16) consiguieron hacer doblete la temporada siguiente a la conquista de todos los títulos. Con una diferencia, el holandés y el asturiano repetían en el banquillo mientras que Guardiola tuvo que adaptarse a un fútbol distinto, integrarse en una cultura diferente y hacerlo todo conviviendo con la exigencia diaria impuesta por el gigantesco logro de Jupp Heynckes. El reto no era sencillo pero el Bayern de Guardiola arrasó en su primera temporada en Bundesliga como nunca antes lo había hecho nadie y lo hizo a través de un juego que rompía esquemas en una competición que había vivido agarrada al contragolpe como máxima expresión del éxito desde hacía décadas. 

Esa riqueza táctica es quizás el mayor legado que Pep Guardiola deja en Alemania. Thomas Tuchel, el técnico que más puntos ha logrado en una temporada con el Dortmund, es el reflejo palpable de dicha herencia, con un estilo de juego de marcada influencia guardiolista y que nunca escondió su admiración por el técnico de Santpedor. 

Pero no solo Tuchel, han sido muchos los técnicos alemanes que han desarrollado nuevas propuestas vinculadas al juego de posición, mejorando la salida desde atrás o dándole mayor protagonismo al uso de la pelota. No ha sido un cambio radical, ni una ruptura con 

lo anterior, pero sí queda la sensación de que hoy en Alemania se discute y se habla más que nunca de táctica y de eso tiene gran parte de culpa Guardiola. 

Y claro, si se ha enriquecido la competición sus jugadores no podían ser menos. Nadie puede negar que gente como Lahm, Boateng o Alaba son hoy jugadores mucho más completos que hace tres temporadas o que Vidal ha dado un salto de calidad incuestionable bajo su mando o que Kroos es hoy mediocentro por obra y arte de Pep. 

Guardiola, enfermo del trabajo diario, no ha cejado en su empeño de hacer mejores a los suyos desde el primer día y deja un Bayern más rico tácticamente, con jugadores mucho más polivalentes y habiendo logrado en tres temporadas los mejores registros en la historia de la competición (con un estratosférico 80,4% de victorias). 

Guardiola se irá a Manchester con la espina clavada de la Champions pero puede irse satisfecho porque lo suyo no fue una tarea fácil y porque si ganar es lo que más cuesta, dejar la sensación de que ganar durante tanto tiempo es sencillo lo es muchísimo más.