A Guardiola ya solo le queda la Champions

El Bayern de Munich empezó dominando el partido. La mejor disposición sobre el terreno de juego le llevó a tener la posesión de la pelota y, como consecuencia, llegaron las ocasiones de gol. Es cierto que no fueron muy serias hasta que el Bayern consiguió pillar desprevenido al Borussia. Ocurrió así. Todo el Borussia se fue al ataque con Kuba en posesión de la pelota. La pasó a Reus pero Benatia la interceptó y con un solo lanzamiento (enorme, precioso, potente) de 50 metros le sirvió una asistencia de oro a Lewandowski que se plantó con un solo toque ante Lagerak. El primer disparo fue al palo. El segundo entró a gol. A partir de aquí el dominio se acrecentó. El Bayern dispuso de muchas ocasiones por mediación de Thiago, Bernat o Lewandowski pero perdonó. Quizás pecó de soberbia, quizás de imprecisiones pero dejó vivo al Borussia, que se levantó en el momento más inesperado.

El equipo de Klopp coordinó una jugada por la banda izquierda y el centro llegó a Aubameyang, que batió a Neuer. El Bayern quedó tocado porque a este jarro de agua fría llegaron dos más. Y de extrema gravedad. Primero Thiago se retiró del campo con molestias en la banda derecha. Thiago fue sustituido por Robben que reaparecía tras cinco semanas de baja. Robben estuvo solo siete minutos en el campo porque en la primera carrera se lesionó. Parece de gravedad. El Bayern quedó tocado y le costó reaccionar. El Borussia lo aprovechó para disponer de alguna ocasión hasta que le llegada a la prórroga y la posterior expulsión de Kampl.

Los penaltis fueron un martirio para los de Guardiola. Lahm y Alonso resbalaron en su lanzamiento, Neuer estrelló el balón al palo y el de Goetze lo paró Langerak. El Borussia se impuso por 0-2 en los penaltis. Klopp tiene la oportunidad de despedirse a lo grande del Borussia, con el título de la Copa en un encuentro que se disputará en Berlin con un rival que se conocerá el miércoles. Y a Guardiola ya solo le queda la Champions.