LA MIRILLA

No todo es malo en el Madrid

No siempre es fácil entender la balanza de Florentino Pérez

No siempre es fácil entender la balanza de Florentino Pérez / sport

Albert Masnou

NO TODO ES MALO en el Madrid. No todo es un ejemplo perverso que no vale la pena imitar. En algunos aspectos, el Barça tiene envidia del Madrid. Y es la disciplina que impone el presidente cuando hay que representar al club en busca de dólares en el extranjero, aunque sea un amistoso en fin de año en Dubai tras tocar el cielo en el Mundial de clubs, una gira en Estados Unidos sin que los jugadores hayan efectuado todas sus vacaciones o en la presentación de las nuevas camisetas diseñadas por un japonés con gabardina después de un mal resultado. En esto, el Madrid es envidiado por los gestores del club azulgrana porque ellos se han encontrado con más de un chasco o verse obligados a rechazar algún suculento contrato por ser el poder del vestuario más grande que el del presidente. No es solo ahora. Siempre ha sido así.

Sin embargo, en el trasfondo del elogio vuelve a aparecer la crítica a un presidente más interesado en el balance económico que en el deportivo, algo que no ocurre en el Barcelona. Florentino Pérez juega a todo, a ser secretario técnico, ideólogo de un modelo, gestor de una cuenta de resultados, entrenador y anfitrión de políticos y de empresarios. El Madrid es él. Para bien y para mal. Y solo así se entiende que sea capaz de echar a un entrenador que hace cinco meses había convertido el club en el mejor del mundo a nivel deportivo tras una racha espectacular desde el inicio de la temporada. No siempre es fácil entender la balanza de Florentino Pérez.