La portería tiene la puerta abierta

La aparición de Luis Enrique en la sala de prensa sirvió para despejar muchas dudas creadas durante el verano. Hacía 59 días que el técnico no se plantaba ante un micrófono y su vuelta a ese terreno de juego que tanto le disgusta fue, como él dijo, “en modo happy”. Cerró muchas de las carpetas que están abiertas, mantuvo el filo en algunas incógnitas sobre los refuerzos y, finalmente, dejó sobre la mesa algunas frases que permanecerán vivas durante tiempo, que resonarán en los rincones de las oficinas de Arístides Mayol: la de los porteros estará en vigor hasta el 31 de julio y la de su renovación hasta final de la próxima temporada es un culebrón abierto que deberá aguantar sobre sus espaldas. Y reposarán en las de Bartomeu, que quiere renovarle. Luis Enrique empezó con fuerza.

CAMBIOS BAJO PALOS. Luis Enrique no garantizó que  Bravo siga porque le puede pasar algo similar a lo que le ocurrió la pasada temporada con Pedro Rodríguez, cuya continuidad era un deseo del técnico pero al club le convenía una venta y, entonces, se encontró con la actitud favorable del jugador. El técnico, como acostumbra, no se definió en la política que va a llevar en la gestión de estos dos jugadores y, al final, acabó admitiendo que “hay una cláusula y no sé lo qué harán”. En la portería hay una puerta abierta y puede que acabe saliendo el chileno. O puede que acabe quedándose. Todo esto es muy largo y aún quedan 40 días para que se cierre el mercado. Vete tú a saber. De Gea debió jugar esta temporada en el Madrid y al final ha acabado siendo Keylor uno de los artífices de la conquista de la Champions. El Barça puede vivir algo similar.