OPINION EXPRESS

Hay que ser más fuerte en las dos áreas

El Barça pone corazón, mucho corazón, pero no es un argumento suficiente para maquillas sus deficiencias.

Suárez muestra su carácter en todo momento

Suárez muestra su carácter en todo momento / sport

Albert Masnou

En el ‘toma y daca’ propuesto por Luis Enrique, en el intercambio de golpes que tan bien le fue la pasada temporada, precisas de dos virtudes que el Barça carece en estos momentos. Uno es gol. Al equipo (con o sin Messi) le cuesta encontrar la portería contraria, padece de falta de efectividad hasta el punto que desde que se inició la Liga ha intentado 112 lanzamientos (fuera o entre los tres palos) y ha marcado solo 12 goles. Esto supone un 10% de efectividad. Una miseria para un equipo con aspiraciones. A este handicap hay que sumar la dificultad en los lanzamientos de penalties (2/5) y los palos (4 contra el Sevilla y en total 12 esta liga). Para sobrevivir en este intercambio de goles hay que marcar o ser voraz, algo que está en discusión después de ver la pasividad con la que Piqué no remató la pelota que se paseaba por la línea de meta de Rico. El Barça, en estos momentos, no tiene el santo de cara ni la puntería afinada.

El otro problema del equipo hay que buscarlo en la inseguridad defensiva, un handicap que parece independiente al portero que se coloque debajo los palos. Otra simple comparación con el pasado demuestra que es algo con lo que Luis Enrique deberá trabajar a fondo. En la anterior Liga encajó sus primeros goles en la jornada ocho. En la presente competición, tras siete jornadas, ya ha sumado nueve tantos. El Barça debe ser fuerte en una y otra área si opta por el intercambio de golpes en la que el centro del campo y la creatividad pasa a ser un actor secundario. En estos momentos, no lo es ni en un sitio ni en el otro. Y me parece más grave el segundo que el primero porque tarde o temprano los goles llegarán pero la labor defensiva es un problema de actitud, de fe, de voluntad, de hambre. Y no es de recibo acciones como la de Mathieu de hacerle el pasillo para que Gameiro pareciese Messi.