La mirilla

El culé, orgulloso de Van Gaal

Van Gaal y Ryan Giggs con el Manchester United

Van Gaal y Ryan Giggs con el Manchester United / sport

Albert Masnou

Un culé más. Parece que el Real Madrid nunca tenga culpa de nada. Siempre hay otro que deba cargar con el muerto, sea el Barça, los árbitros o el Manchester. Pretende ser tan impuloto como blanco pero hay que vigilar cuando uno juega con Louis van Gaal. El técnico holandés no se arruga y ya sabe sobradamente cual es el estilo del equipo blanco. Pueden jugar con el Manchester con su interés por Ramos, pueden tocar por la espalda a Cristiano Ronaldo y ficharle después o pueden esperar hasta el último momento por De Gea convencidos de que Van Gaal acabará plegándose a los encantos de la casa blanca. Su pasado azulgrana le ha marcado tanto como al hijo de Mourinho y nadie como el entrenador holandés para plantarles cara, ya sea a costa de dejar de ingresar 40 millones o de quedarse con un jugador al que ha apartado.

A Van Gaal le da igual porque antes que nada están los principios, la defensa de los intereses del equipo que entrena. Muchas veces estos propios principios le han dado la espalda, le han acabado perjudicando, tal y como ocurrió en Barcelona o en Múnich.  Van Gaal es así. Le da igual perder a Valdés si no cumple con su filosofía. O ahora cargarse a De Gea por declararse en rebeldía para irse. O vender a un jugador como Di María que el pasado verano compró por 63 millones de euros. Van Gaal no es gris. Está en un lado o en otro. Pero nunca en medio. Y ahí topó con las artes de Florentino Pérez. Que el Manchester United le enviara el OK del traspaso a escasos segundos de la medianoche es una demostración de que el club inglés le hizo pagar las malas conductas y la soberbia demostrada por el Real Madrid durante las últimas temporadas. Van Gaal no perdona y el culé se siente más orgulloso que nunca de él.