LA MIRILLA

La canción triste de Alex Song

Albert Masnou

La llegada de Alex Song. Tito Vilanova tenía dudas sobre qué central fichar y durante el transcurso de una reunión de entrenadores en Nyon se entrevistó con Arsène Wenger para preguntarle sobre Alex Song, pupilo suyo en el Arsenal. El francés le vendió bien el producto. Le contó que era un centrocampista, físico, con capacidad aérea y que podía jugar de central. El perfil idóneo que buscaba el Barcelona. Y Zubi fichó a Song. Se gastaron 16 millones. En la presentación, el secretario técnico explicó los motivos de su fichaje: “Finalmente nos decidimos por un mediocentro por la salida de Keita, y Song era el primero en la lista de prioridades.

Tiene capacidad técnica, dominio de balón, conocimiento táctico, recorrido físico aunque no fichamos jugadores por centímetros, por altura, sino para completar la plantilla y que el entrenador tenga los máximos recursos”, declaró. El jugador, como no, explicó que venía al mejor club del mundo y los entendidos, como Maldini, explicaban que “ha demostrado ser capaz de dar pases de gol cada vez que llega al área”, consecuencia de las 14 asistencias que logró en su última temporada en el Arsenal.

Ahora, Song acaba su periplo azulgrana. Song se irá en verano, al Tottenham o al Manchester United, después de una temporada gris en la que ha tenido un papel secundario que bien podía ocupar algún jugador del filial. Y con cero asistencias de gol esta temporada.