La mirilla

Alcácer ya ganó una carrera, ahora le toca la maratón

Paco Alcácer, en su presentación en el Camp Nou

Paco Alcácer, en su presentación en el Camp Nou / sport

Albert Masnou

Paco, en una balanza. Si te enteras de la muerte padre se muere a la salida de un partido de fútbol cuando tienes 17 años; si has logrado sobrevivir a la locura que, a veces, está inmerso el Valencia hasta convertirte en ídolo, las críticas que te pueden caer por no adaptarte al Barcelona es un problema menor. Paco Alcácer es una apuesta decidida del secretario técnico y del entrenador azulgrana porque se trata de un jugador con una enorme proyección, que puede ayudar mucho al equipo. Después de ver a un montón de delanteros (Ben Arfa, Dembele, Gabigol, Luan...), Robert Fernández se quedó con dos nombres encima de la mesa. Entonces, puso en una balanza a él y a Gabriel Jesús. Y se quedó con Paco Alcácer. Por varias razones: El precio de Alcácer era menor, la edad era la misma, el conocimiento de la Liga española era mayor, el conocimiento del estilo Barça por haber jugado con España también iba a su favor, saber el idioma también sumaba, Alcácer ha jugado bastante con el Barcelona mientras que Gabriel Jesús todavía no ha llegado al City. Lo hará en enero. Alguien duda de la idoneidad del fichaje de este jugador pero es temerario hacer valoraciones a estas alturas de curso porque nadie ( y repito nadie) se adapta al estilo del Barça en tan poco tiempo.

El ejemplo de Keita. Hubo un día, muchas semanas después de llegar a Barcelona, que Seydou Keita se frotó los ojos, se miró al espejo y ademitió que no entendía nada. “Venía de un equipo que jugaba un 4-4-2 y aquí jugamos un 4-3-3. Me tenía que adaptar a un club diferente y a una forma de jugar diferente, porque en el Barça no vas a buscar la pelota, la pelota te viene a ti, y el juego de posición es diferente a la de otros equipos. Tuve que aprender de nuevo a jugar a fútbol”, explicaba. A Keita le costó mucho, pero lo logró. Y es que entender el idioma Barça para los que no han pasado por la Masía les resulta especialmente complicado. Le es complicado a Alcácer y lo es para muchos más que llegan de otra cultura. Y si a muchos les cuesta, a Alcácer le puede costar más porque no es fácil dejar la pisada en un terreno tan marcado por el tridente.