21 de diciembre 2020, Actualizado 01:06h

Los de Capello tienen que luchar por estar en las dos primeras plazas y meterse así en octavos de final, algo que no logran desde 1986, cuando aún jugaba la 'unificada' URSS

Mundial de Fútbol Brasil 2014

Antes de iniciarse la Copa del Mundo de Brasil 2014, la gran duda sobre Rusia es qué cara mostrará, la férrea e intratable de sus partidos como local... o la poco fiable de sus partidos fuera del país.

Al menos eso es lo que mostró en una fase de clasificación en la que aseguró el primer puesto -y, de paso, envió a la repesca a Portugal- gracias a sus buenos resultados en casa. En cualquier caso, Fabio Capello está al frente de un proyecto que mira a cuatro años vista, cuando Rusia sea la sede de la Copa del Mundo.

Será en el verano de 2018, cuando algunos de los actuales jugadores de la selección rusa ya no estén por cuestiones de edad. Debería ser época de renovación, aunque los veteranos mandan. Capello ha optado por convocar a muy pocos emigrantes.

Ya en la primera lista de 30 el único 'foráneo' era el irreductible Pavel Pogrebnyak y el delantero ha acabado quedándose fuera del Mundial.

Será una convocatoria muy 'local', con un fútbol en el que primará el orden defensivo por encima de las alegrías ofensivas. Rusia no puede fiarse de sus rivales en esta primera fase, empezando por Bélgica o posibles tapados como Argelia o Corea. Aunque se piense en 2018...

Apostando siempre por una férrea defensa, Capello acostumbra a ser versátil en sus esquemas de juego. Contra Noruega apostó por tres centrales, pero normalmente son Ignashevich y Vasily Berezutsky los escuderos de Akinfeev. Ojo a la creación en el centro del campo por parte de Shirokov y Dzagoev y al olfato goleador de Kerzhakov

Shirokov es uno de los futbolistas más experimentados de la selección rusa. El fútbol de los de Capello pasará por sus botas. Juega en el Krasnodar cedido por el Zenit

El italiano Fabio Capello dirige a Rusia desde julio de 2012. Será la segunda Copa del Mundo que vive como seleccionador, tras dirigir a Inglaterra en el Mundial de Sudáfrica