No tiene el nombre ni el glamour de otras selecciones, pero la República Checa se ha convertido en una de las grandes animadoras de la Eurocopa desde su primera participación. Fue en 1996 cuando, de la mano de una generación inolvidable con nombres destacados como Poborsky, Koller o Smicer, los checos se plantaron en una final en la que Alemania les impidió protagonizar una gesta histórica. Los checos de adelantaron, pero los germanos, con dos goles de Bierhof, acabaron con el sueño.

Desde entonces, la República Checa no ha faltado nunca a la cita. En 2000 y en 2008 no pasó de la fase de grupos, pero en 2004 y en 2012 resultó ser, otra vez, una de las grandes protagonistas. En Portugal (2004) se plantó en semifinales, cayendo ante Grecia, sorprendente campeona de la competición. Y en 2012, su camino se detuvo en cuartos pero causando una buena impresión.

Para llegar a Francia 2016, la República Checa tuvo que dejar en el camino a la selección de Holanda y también lidió con Turquía, a la que se volverá a encontrar en el grupo de una España contra la que debutará el próximo día 13. El hecho de que posea el cartel de peor defensa de los países clasificados, habiendo encajado un total de 14 goles pese a contar bajo palos con toda una figura como la de Petr Cech, no significa que sea un rival fácil de batir..